Tiene razón Munilla. Que se mate a 73 millones de niños en un año no debería ser una noticia menor. O sea, que se mate a un niño es noticia. Que se mate a 10 ó a 1.000 es un escándalo mundial. Pero que se mate a 73 millones, por alguna extraña razón, es sin embargo un asunto despreciable. Matar a un niño está mal si lo estrangulas o le lanzas una bomba, pero si acudes a un centro especializado, que cumpla las pertinentes normativas y regulaciones, entonces no pasa nada por matar a 73 millones de niños. Lo intolerable es matar los niños de forma desordenada, sin seguir el protocolo establecido, sin tener los sellos ni rellenar los papeles adecuados. O eso al menos es lo que parece, a la luz de los hechos.
Hay noticias incómodas que la opinión pública prefiere no escuchar, y que los medios de comunicación se encargan de ocultar…
¡73 millones de niños asesinados en el vientre materno antes de nacer (anualmente)! pic.twitter.com/KRufYGh5Iq— Jose Ignacio Munilla (@ObispoMunilla) January 11, 2024
Frente al resto de niños, hemos decido que los niños no deseados son eliminables. De la muerte del resto de niños asesinados o víctimas de un genocidio, nos escandalizamos. De la muerte de los niños no deseados, nos silenciamos. La diferencia es evidente. Escandalizarse es gratis, pero ocuparnos de un niño no deseado es un esfuerzo que nos cambia la vida. Así que tenemos un criterio para los niños deseados y otro para los no deseados. O sea, que no tenemos ninguna moral, porque tener una doble moral es en realidad no tener ninguna moral.
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Tiene toda la razón Munilla denunciando que esto no es noticia en los macro-medios. Efectivamente estas cosas sólo son noticia en medios como El Debate, El Toro TV, Religión en Libertad, Hispanidad… Vivimos en una sociedad a la que le preocupan mucho 73 millones de pellets vertidos y nada 73 millones de niños eliminados. De los 140 millones de fallecidos en el mundo el año pasado, 73 millones fueron niños abortados. Habría literalmente una humanidad paralela con todos los seres humanos que estamos abortando. Lo peor de todo es que acabar con el aborto no es un objetivo de la Agenda 2030. No es un problema que estamos combatiendo. De hecho es anatema denunciar esto. El aborto es un problema que nos enorgullece y que estamos alimentando. El motivo vuelve a ser obvio: el aborto es un asunto que nos ensucia demasiado a todos como para reconocer que es algo malo. El aborto tiene que ser algo bueno porque no podemos ser los responsables del genocidio anual de 73 millones de niños. Si el aborto no fuera algo bueno, ¿qué clase de seres humanos seríamos? ¿Cómo podríamos ser tan maravillosos y progresistas como nos creemos si el aborto fuera algo malo?
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