Diario de Navarra publicaba el sábado la foto que quizá constituya la mejor imagen de cómo ha gestionado el Gobierno de Navarra, y particularmente Interior, la respuesta a los devastadores incendios que ha sufrido Navarra. Como puede apreciarse, el titular de Interior, Javier Remírez, aparece junto a la presidenta Chivite haciéndose un selfie entre los restos calcinados de Senda Viva. Como si tan atracción fuera la atracción como los restos de la atracción. Como si esto fuera un juego. Como si tuviéramos a un instagramer al frente de Interior. Un poco de sensibilidad, por favor.
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La imagen no sólo denota una inconsciencia, una falta de saber estar y una carencia de sensibilidad extraordinaria por parte de Remírez, sino que no deja de resultar llamativa la sonrisa complacida del consejero en el momento de hacerse la foto. Felicidades, consejero, qué foto más chula para su álbum. Con un consejero más competente a lo mejor esa foto tan extraordinaria hubiera sido imposible.
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Frente al carácter desastroso de la gestión, al desamparo de los navarros y la torpeza a los mandos del consejero, hacerse un selfie frente a los restos humeantes de lo que antes era un icono y la fuente de ingresos y empleo de mucha gente puede parecer un asunto menor. O no. Los gestos son importantes. Los gestos, a veces inconscientemente, denotan el respeto o su ausencia, el carácter y la actitud.
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De hecho, cuando Chivite acude con Remírez a Senda Viva a comprobar los daños y hacerse la foto es precisamente de eso de lo que se trata, de tener un gesto. Porque los gestos son importantes. La foto en Senda Viva era la respuesta del gobierno a cómo y cuánto de en serio se toma los resultados de estos incendios y cómo de cercano se encuentra este gobierno respecto a los afectados.
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Obviamente Remírez reventó por completo la visita y el objeto de la misma dejando en cambio una imagen lamentable y catastrófica de la labor y la actitud gubernamental. Eso sí, puede que mucho más espontánea y real que la prevista y protocolizada por el gobierno foral.
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El selfie de Remírez es la guinda a un pastel que la sociedad navarra no puede tragar. El desgaste es monumental. Si no has podido o no has sabido hacer otra cosa por lo menos no hagas el indio delante de los restos humenantes de la catástrofe. El mínimo exigible tiene que estar muy por encima de esto para un consejero de Interior. Remírez tiene que dimitir hoy mismo junto con Itziar Gómez, o mañana Chivite les tiene que cesar. O el del selfie ya no será Remírez, será Chivite que le habrá dado su respaldo político y su bendición.
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2 respuestas
TXIBITE dimite! ramirez a sálvame depluf!
TXIBITE dimite!