Hace unos días citábamos un estudio de la prestigiosa publicación científica The Lancet en el que por un lado se elevaba significativamente el número de muertos reales por COVID en el mundo frente a los oficialmente reconocidos, mientras que por otro se cargaba duramente contra la gestión de la pandemia llevada a cabo por la OMS y los gobiernos. Interesa recordar esto de vez en cuando porque malamente se van a poder exigir responsabilidades por algo que se deje caer en el olvido. No obstante, el detalle del informe de The Lancet arroja también algunos datos interesantes.
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Por ejemplo, frente a toda la campaña mediática de la izquierda durante la pandemia, se descubre que la comunidad española con más muertos por población no es Madrid, sino Cataluña. A continuación vendría Aragón, después Castilla La Mancha, después Castilla León… Madrid apenas queda ligeramente por encima de La Rioja, otra comunidad gobernada por el PSOE. En el top 6, hay 3 comunidades del PSOE, 2 del PP y una del nacionalismo catalán.
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Cabe apuntar que estos datos computan los fallecimientos desde el inicio de la pandemia. Si se computaran los fallecimientos sólo a partir de la segunda ola, que por otro lado es cuando Madrid comenzó a tomar las criticadas medidas particulares que se desviaron de la disciplina general, con lo que nos encontraríamos es con que Madrid excluida la primera ola es una de las comunidades con menos mortalidad.
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Todo lo anterior dice mucho de lo poco que nos podemos fiar de los medios de comunicación y de la información oficial. En general, quien simplemente se informó durante la pandemia a través de los grandes medios y de la información oficial en primer lugar fue una persona mal informada, por tanto fácilmente manipulable, y en segundo lugar fue una persona que estuvo más en peligro por seguir unas recomendaciones totalmente contraproducentes y contradictorias durante los primeros y peores meses de la pandemia.
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Tal vez la conclusión más preocupante que se desprende del estudio de The Lancet es que la gente no juzga a los gobiernos por los resultados, sino por el relato de los resultados. Casi nadie en España sabe que Cataluña tiene peores cifras de COVID que Madrid. Dos gobiernos que hayan gestionado igual de mal la crisis, con exactamente las mismas nefastas cifras, si uno controla el panorama mediático y otro no, los súbditos del segundo gobierno exigirán responsabilidades acaloradamente a sus líderes y los del primero se limitarán a salir acríticamente a los balcones, a dar inútiles cacerolazos al aire contra el COVID en señal de sumisión.
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