Chivite ya acumula dos motivos de dimisión: no enterarse de nada y mentir

En un asunto tan grave como las adjudicaciones llenas de irregularidades a Servinabar Chivite miente y eso es intolerable. No sólo es intolerable, es sospechoso.¿Por qué miente si es inocente? Chivite no sólo no asume ninguna responsabilidad política sino que además trata de engañarnos, ¿qué debemos pensar entonces?

Con una ingenuidad impostada que nadie razonable podría comprar, Chivite asegura que en la adjudicación de las obras de los túneles de Velate, según la Oficina Anticorrupción de Navarra, hubo irregularidades pero no corrupción. Esto es mentira. La Oficina Anticorrupción en ningún momento asegura en su informe que no haya habido corrupción en la adjudicación. Eso por otro lado corresponde a los jueces determinarlo. Lo que sí deja claro la Oficina Anticorrupción es que las irregularidades en la adjudicación de los túneles de Velate y otras han sido flagrantes, y que en el caso de Velate la adjudicación debería declararse nula de pleno derecho. Tenemos aquí por tanto dos cuestiones a considerar. Primera: ¿por qué miente Chivite cuando dice que el informe de Anticorrupción afirma que no ha habido corrupción si en ningún momento el informe asegura tal cosa? Segunda: Chivite repite ridículamente que hay irregularidades pero no corrupción, como si lo uno descartara lo otro. ¿No es evidente que las irregularidades detectadas son las que han hecho posible la corrupción? Todo el mundo sabe a estas alturas que las obras de Servinabar se las llevó una empresa de la que era copropietario a escondidas Santos Cerdán en una adjudicación llena de irregularidades. ¿De verdad intenta convencernos Chivite de que no hay relación y que no cabe sospechar un caso de corrupción? ¿Cabe por el contrario no sospecharlo?

Chivite miente también cuando asegura que la adjudicación de los túneles fue no sólo transparente, sino la adjudicación más transparente de todas las que ha habido en las obras públicas de Navarra. ¿Está de broma la presidenta? O lo que es peor, ¿acaso es que el resto de adjudicaciones efectivamente han sido todavía menos transparentes? Chivite miente o no se ha leído directamente el informe de Comptos sobre la adjudicación de los túneles, o no ha leído tampoco lo publicado por Navarra Confidencial para enterarse de lo que dijo Comptos, ninguna de las tres cosas es perdonable. El informe de Comptos dijo explícitamente que los principios de transparencia e igualdad no estuvieron suficientemente garantizados en la adjudicación de los túneles, ¿cómo tiene entonces Chivite la osadía de mentirnos a la cara y presumir de lo transparente que fue la adjudicación?

Sólo por las mentiras que Chivite ha dicho sobre la adjudicación, y que incluso pese a toda evidencia sigue sosteniendo a fecha de hoy, la presidenta ya debería haber presentado su dimisión. No es tolerable que Chivite mienta de una forma tan flagrante y que lo haga además sobre un asunto tan delicado e importante.

Cuando en junio Chivite compareció ante el Parlamento de Navarra para decirnos lo transparentes que habían sido las adjudicaciones a Servinabar con su gobierno, nos anunció a los navarros además que a los efectos de “afianzar la transparencia y la confianza en los procesos”, el gobierno había solicitado a la Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción que analizara esas adjudicaciones. Lo que ha sucedido sin embargo es que la Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción, en vez de “afianzar la transparencia y la confianza en los procesos”, lo que ha hecho por el contrario es denunciar que todos esos procesos estaban plagados de irregularidades y que todas esas adjudicaciones de obras nunca hubieran debido tener lugar. Ahora Chivite tiene la desfachatez de cargar junto a Barcos contra la credibilidad la Oficina de Corrupción, su Oficina Anticorrupción, dirigida por la persona elegida por ellos. ¿Por qué para tranquilizar a los navarros encargaron a la Oficina Anticorrupción el análisis de las adjudicaciones si era un organismo carente de credibilidad? ¿O es que la Oficina Anticorrupción era creíble sólo hasta que ha denunciado las irregularidades? ¿Se creía Chivite que la Oficina Anticorrupción iba a tapar las irregularidades? ¿Quién pierde la credibilidad al ponerse las irregularidades sobre el tapete, la Oficina Anticorrupción o el gobierno? ¿No se da cuenta Chivite de que quien la pierde es el gobierno?

El resultado de que el proceso de adjudicación de las obras de Velate estuviera plagado de irregularidades fue que la beneficiaria de la adjudicación fue Servinabar, y Servinabar era la empresa de la que secretamente era copropietario Cerdán. ¿De verdad intenta vendernos Chivite que no ve la relación? Esas irregularidades, por otro lado, las denunciaron 3 de los 8 técnicos de la mesa de contratación, Comptos ha confirmado que los principios de igualdad y transparencia no estuvieron suficientemente garantizados, y la Oficina Anticorrupción ha rematado que todo estuvo plagado de despropósitos y que la adjudicación debió ser nula de pleno derecho, como otras de las obras de las que también se benefició la empresa de Cerdán. ¿Y encima se atreve Chivite a mentirnos diciendo que todo fue transparente, contra lo que dice Comptos, y que la Oficina Anticorrupción asegura que no hubo ilegalidad alguna? ¿Dónde dice la Oficina tal cosa? ¿Cómo se atreve a afirmar Chivite que lo que se infiere de todas las irregularidades que denuncia la Oficina es que no hubo corrupción? Por el contrario, todas esas irregularidades son lo que se esperaría encontrar en un caso de corrupción. Eso sí, será la justicia y no Comptos o la Oficina de Buenas Prácticas y Anticorrupción la que tendrá que sustanciar las investigaciones en sede judicial. Para tranquilidad de Chivite mentir a los electores no es ilegal.

Si Chivite no va a dimitir y no va a asumir responsabilidad política alguna, y además ha decidido cerrar los ojos y negar la realidad, lo que al menos puede hacer es reducir su exhibición pública y dejar de mentir. O sea, si no puede afrontar la realidad sin mentir o sin parecer una alucinada, mejor que se esconda. Por lo menos que no mienta y que no se muestre ante las cámaras como la última navarra en enterarse de lo que pasa. Esa interpretación, con ser terrible para la imagen de la presidenta, es sin embargo la más favorable para su caso, porque si el problema no es que no se entera de nada entonces no estaríamos hablando de dimisión sino de otro supuesto peor.

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