Este fin de semana La Vanguardia ha publicado una encuesta sobre la intención de voto en Cataluña que podríamos calificar de revolucionaria. Entre Alianza Catalana y VOX sumarían un porcentaje de votos del 24%. El terremoto social más que electoral que representa esto presupone un cambio de paradigma a la hora de interpretar todo el panorama político español.
Alianza Catalana y VOX son en Cataluña los dos únicos partidos que están atreviéndose a sostener un discurso en contra del descontrol de las fronteras y la inmigración ilegal. Son los dos únicos partidos, uno en el campo nacional y otro en el terreno separatista, que tienen la osadía de hablar de la evidente relación entre inmigración descontrolada e inseguridad y criminalidad. Por esta razón son por otro lado los dos partidos que están recibiendo un constante ataque frontal por parte de los partidos del discurso dominante y los medios bajo su control. No sólo es noticia por tanto que Alianza Catalana y VOX se disparen en las encuestas, sino que lo hagan pese a ser constantemente denigrados por todo el aparato político, mediático, educativo y cultural del poder dominante. Esto significa que la situación real se está deteriorando tanto en las calles que la gente empieza a dar la espalda a la propaganda del gobierno y a rebelarse electoralmente frente a ella. Si frente a la tozudez de la realidad la propaganda y los calificativos de fascistas, xenófobos y racistas han dejado de funcionar, Alianza Catalana y VOX no van a dejar ya de subir. Porque si la propaganda ya no funciona frente a la realidad no va a haber un cambio de tendencia sin un cambio en el mundo real. Y los partidos que niegan el problema no pueden cambiar el mundo real.
Por supuesto lo que refleja esta encuesta en Cataluña no es un fenómeno catalán. De hecho, lo interesante es que Cataluña es precisamente un territorio particularmente marcado por la colonización gubernamental de los medios y la educación. Teniendo todo ese control, el negacionismo ante el problema ya no se puede sin embargo mantener, ni siquiera en Cataluña. Si eso pasa en Cataluña, con más razón es un fenómeno imparable en el resto del territorio español.
Lo particular si acaso en la encuesta sobre Cataluña es el ascenso del discurso contra el descontrol migratorio en el ámbito del nacionalismo catalán. El pagano de esta actitud de dar la espalda a este grave problema ciudadano de inseguridad está siendo Junts. ¿Qué va hacer ahora Puigdemont? Seguir respaldando al sanchismo y sus políticas migratorias le destroza electoralmente en Cataluña. Llama además la atención lo abrupto de este movimiento electoral a favor de Alianza Catalana y de VOX. Es como si se hubiera roto una presa. El discurso negacionista que cierra los ojos ante la crisis de inseguridad y cancela a quienes muestran la realidad llamándolos ultras, odiadores o racistas, había funcionado con bastante eficacia hasta ahora, pero acaba de saltar hecho añicos. Alianza Catalana o VOX no tienen la fuerza mediática ni de lejos que tienen el resto de fuerzas, pero tienen de su lado la realidad cotidiana que perciben los ciudadanos. Mientras la crisis de inseguridad se mantenía dentro de ciertos parámetros, el control mediático y educativo podía ser efectivo, pero el problema está adquiriendo tales proporciones que ya no hay propaganda ni cancelación que lo pare. El terremoto social es evidente y va a ser imposible formar gobiernos sin la participación de algún partido que denuncie el caos migratorio, la inseguridad y el reemplazo poblacional. En la medida por otro lado en que se formen gobiernos marginando a estos partidos y persistiendo en la negación del problema, mayor será como consecuencia a medio plazo el terremoto electoral. Pierde la propaganda, gana el mundo real.
