¿Quién es Artiz Santamaria? La pregunta es relevante porque la respuesta obvia es el hijo de Joseba Santamaría. Practicamente nadie sabía hace una semana quién era Aritz Santamaria, no digamos en 2016, cuando aparece fechado el contrato de compraventa de acciones de Servinabar. Es decir, la única razón discernible para que Artiz Santamaria entrara en el accionariado de Servinabar es que era hijo de Joseba Santamaria. El Diario de Noticias que dirige Joseba Santamaría es a la prensa foral algo así como El País respecto a la prensa nacional. La condición de menor de Aritz Santamaria a la fecha del contrato necesariamente, por otro lado, obliga a remitirnos a la figura de su padre como verdadero participante. De hecho, es con el padre con quien Alonso se reúne al día siguiente en El Baluarte.

Artiz Santamaria, sin embargo, ya es hace tiempo mayor de edad. Lo que se puede averiguar a través de sus perfiles en redes sociales es que estudió en la ikastola San Fermín, como Uxue Barcos, la ikastola privada a la que asiste la élite económica del nacionalismo. En esa ikastola trabajaba casual y aproximadamente por esas fechas Joseba Asirón, que quién sabe si pudo ser por tanto su profesor. Tras su paso por la ikastola, Aritz estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco y posteriormente cursó un máster en Comunicación y Marketing Político en la UNIR, la Universidad Internacional de La Rioja, una de esas pequeñas universidades privadas supuestamente para pijos que quiere cerrar el gobierno de Sánchez y en la que dicen las izquierdas que se regalan los títulos.

Aparte todo lo anterior, Aritz Santamaria aparece actualmente como un activo colaborador en buena parte del panorama mediático abertzale, curiosamente menos en el medio dirigido por su padre. Sin embargo, Aritz sí aparece como colaborador de Naiz, que es también Gara el cual antes fue Egin. Podemos encontrar el rastro de Aritz Santamaria también en la EITB, en Euskalerria Irratia, en Argia o en eldiario.es de Ignacio Escolar. Aparte de que el hijo de Joseba Santamaria se haya recorrido prácticamente todo el arco del korralito mediático nacionalista, podría añadirse a esta consideración la dificultad por parte de todo este arco mediático para mostrarse crítico con un escándalo como el de Velate, si tienen como colaborador a alguien que aparece en un contrato encontrado por la UCO, junto a Cerdán y Antxon Alonso, como accionista de la empresa beneficiaria de la maloliente adjudicación.



Por lo que respecta a las opiniones, consideraciones y retuits del hijo de Joseba Santamaria, la verdad es que no se separa mucho de lo que cabría esperar dado su contexto familiar y profesional, incluyendo su apoyo a los “txabales” de Alsasua o un retuit a una publicación de Martxelo Díaz en la que el día de los atentados de Hamás contra Israel, antes de la respuesta contra Gaza, se llama “criminalizar a la resistencia palestina” la condena a la masacre terrorista indiscriminada de Hamás.

En el concreto asunto del contrato de compraventa de acciones de Servinabar, siendo Aritz menor, no cabría sin embargo considerarlo sino quizá como una presunta víctima de su padre o de las amistades de su padre, usado acaso como escudo frente a posibles golpes precisamente por su condición de menor. Otra cosa es si sigue siendo actualmente y ya mayor de edad accionista de Servinabar, y por tanto beneficiario al 4% de todos los chanchullos en los que pueda estar metida Servinabar.

A este respecto no es una práctica extraña, y tampoco parece haberlo sido en la trama de Cerdán, el poner propiedades o cuentas a nombre de terceras personas para ocultar el enriquecimiento ilícito de los protagonistas de un caso de corrupción. El problema con Servinabar y las andanzas de Alonso y Cerdán es que nada es oficial, público, transparente y formal. Conocemos el contrato de Cerdán o el de Santamaria sólo por haberlo encontrado en un registro la UCO, pero evidentemente no conocemos estos escritos por ser públicos, por haber sido escriturados o por tener una trazabilidad, ni podemos saber si en la propiedad de Servinabar hay más entradas y salidas todavía desconocidas, anteriores o posteriores al contrato del 4%. Lo que procede por tanto es dejar trabajar a la UCO y a la Justicia en el ámbito de los tribunales. Fuera de ese ámbito, no obstante, ya es imposible negar la fetidez sin ser parte interesada o sin tener una pinza en la nariz.