He leído con atención la transcripción de la comparecencia que la Sra. Nieves tuvo en el Parlamento de Navarra el pasado día 11, y tengo que decir que de todas las “intromisiones de la consejera Goicoechea” como causa de su dimisión me parece que la más grave es la primera. Es decir, esa petición que ésta le hizo en un restaurante de Pamplona, el 27 de septiembre de 2011, de la copia del Plan de Inspección para ver si en él estaban incluidos algunos de los “clientes de su asesoría jurídica”. Si es cierto, le estaba proponiendo que cometiera un delito y, ante la gravedad de lo ahora denunciado, lo que la Sra. Nieves tenía que haber hecho, y en el mismo momento en que abandonó el restaurante, era haber acudido a su jefe inmediato superior el vicepresidente 2º y consejero de Economía y Hacienda, Álvaro Miranda, y haber puesto en su conocimiento lo sucedido. Además, al tratarse de una consejera del Gobierno, debiera haberlo comunicado a la presidente Barcina para advertirle de lo que tenía en su Gabinete y, al ser un Gobierno de coalición UPN-PSN, podía habérselo comunicado también al entonces vicepresidente 1º y secretario general del PSN-PSOE, Sr. Jiménez. ¿Lo hizo así? ¿Sí o no? Sería bueno que los Sres. Miranda y Jiménez respondieran.
Lo que no me cuadra es que cuando nueve meses después, el 20 de junio de 2012, cesa el Sr. Miranda y la Sra. Goicoechea le sustituye como vicepresidente y consejera de Economía, Hacienda, Industria y Empleo, la Sra. Nieves acepte tener como jefe inmediato superior a una, según ella, presunta delincuente. Lo que hubiese procedido es que se hubiera negado y que en ese mismo momento hubiera presentado la dimisión. El Sr. Miranda le nombró y hubiera sido comprensible que se fuera con él. Los hechos demuestran que no lo hizo.
Por lo que narra la Sra. Nieves, desde que la Sra. Goicoechea entró de consejera de Economía y Hacienda el 24 de junio de 2012 pocos días tuvo de calma ya que, según cuenta, “en la primera semana de julio de 2012” ésta volvió a la carga e “intentó impedir que se realizara una actuación que estaba prevista”. Con los antecedentes que tenía este debiera haber sido un aviso de lo que le esperaba por lo que, si no lo había hecho en septiembre de 2011, en ese mismo instante tenía que habérselo comunicado a la presidente Barcina. ¿Lo hizo? ¿Sí o no?
Por lo que la Sra. Nieves narró en su comparecencia parlamentaria, después ha habido hasta otras cinco injerencias de “mayor importancia”, por lo que hay que suponer que hubo, también, otras de “menor importancia”. Si esto es así, la Sra. Nieves ha tenido más paciencia que el santo Job, pues no entiendo que haya podido guardar silencio durante tanto tiempo y haya esperado a hablar al momento de su dimisión que, quizá, se pudo producir cuando barruntaba que iba a ser cesada.
Comprendo que don Roberto Jiménez, que tiene clavada la espina de su salida del Gobierno en junio de 2012, pueda estar tan seguro de lo manifestado por la Sra. Nieves, haya afirmado que “las acusaciones se van a acreditar” y tenga motivos más que suficientes para decirle a la presidente Barcina que “o se va o la echamos”. Por el contrario, yo pienso que si la Sra. Nieves no tiene la grabación de la conversación del restaurante (lo cual diría muy poco de un cargo de confianza del Gobierno que almuerza por primera vez con un consejero de éste) y si no lo denunció entonces a sus jefes inmediatos superiores, lo denunciado tiene poca relevancia jurídica. Aunque soy consciente de que el tiempo apremia, porque el plazo para convocar elecciones anticipadas se agota, y algunos grupos parlamentarios tienen mucha prisa en liquidar la legislatura. También conozco muy bien cómo ha sido el devenir de algunas comisiones de investigación del Parlamento de Navarra y no me sorprendería que volvieran a emplear esa técnica de: “Prendedle. Juicio justo y … a la horca” y que las conclusiones de algunos, que suman 27 votos, estén ya redactadas.
Casualmente, cuando escribo estas líneas, leo en el Teletexto de TVE que “el PSOE ha desmentido que haya mantenido contactos con Bildu de cara a la posible presentación de una moción de censura en Navarra, después de que dirigentes de la formación abertzale dijeran que ya han mantenido conversaciones con otros partidos, incluido el PSN”. Ante esta noticia se me presenta el mismo dilema que con la conversación del restaurante entre Nieves y Goicoechea. ¿A quién creemos? ¿A Bildu o al PSOE? Por mi parte, y como ha dicho el Sr. Jimenez, “por su trayectoria más que acreditada” yo no tengo ninguna duda.
* El autor es senador por Navarra del PP
3 respuestas
No me parece de recibo que se diga en este artículo que el Sr. Jiménez tiene motivos más que suficientes para decirle a la presidente Barcina que «o se va o la echamos»… cuando «la echamos» quiere decir con la participación de los proetarras de Bildu.
http://www.lebrelblanco.com/articulos/
Jose Ignacio….te ha quedado niquelado. Impoluto y magistral. No hago comentario porque lo estropearía, no se puede decir mejor una idea.
Retirada!
“el PSOE ha desmentido que haya mantenido contactos con Bildu de cara a la posible presentación de una moción de censura en Navarra, después de que dirigentes de la formación abertzale dijeran que ya han mantenido conversaciones con otros partidos, incluido el PSN” Esto dice lo que dijeron, que es lo que dice Palacios, pero no hay ninguna contradicción.