Santificarás las fiestas

Otro día a lo mejor daré un argumento psiquiátrico y alabaré las ventajas mentales que el descanso semanal ofrece a la salud pública. Pero hoy toca el argumento religioso. En primer lugar porque después de una Santa semana el tema es de mucha actualidad. Y además porque el argumento existe. He aquí un mandamiento de la ley de Dios que no es ni negativo ni tristón, que te invita a una fiesta, y que además ¡es el tercero! Para que luego digan que los cristianos somos aguafiestas. Se trata de un mandamiento claro y directo. Fácil de entender. ¿Qué parte de «Santificarás las fiestas» no está clara? Santificar, entre otras cosas, implica que no se realicen mas trabajos que los imprescindibles. ¡Qué duro tiene que ser cumplir con este mandamiento para los que sirven antes al dinero que a Dios! Los capitalistas radicales que se creen a pies juntillas y que rezan como si fuera una jaculatoria aquello de que «el tiempo es oro» sufren mucho viendo cómo se desperdicia el tiempo los días festivos. Gente haciendo nada… ¡qué barbaridad! ¡qué sacrilegio! Pero mucho más doloroso tiene que ser el trance para los que pretenden el imposible de servir a los dos señores. Que se dicen cristianos y no son capaces de dar a Dios el día que es de Dios, el «dies Domini». Más aún cuando lo que pretenden es argumentarlo desde la teoría. Pero en fin, así estan las cosas y por eso estamos los cristianos como estamos de flojos. Si hasta el número tres del decálogo se nos ha vuelto discutible ¿qué no haremos con el resto del catecismo?

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CLAVES EN OPINIÓN

6 respuestas

  1. Perdone D. Jerónimo pero quizá vuelvo de la Semana Santa traspuesto después de ver las procesiones en Sevilla y ver cómo los Palios de las vírgenes de Sevilla salen de la Catedral de hacer su estación de penitencia al son del himno nacional, y eso me ha traspuesto tanto como para no entenderle.

    Le puedo asegurar que -por mi bien y el de mi familia- he conseguido sacar un par de horas de trabajo cada día, y no creo por ello que no haya santificado las fiestas. Quizá es que soy de esos capitalistas que dice usted, pero qué quiere que le diga. Tampoco creo que el mandamiento sea así de radical, no cree?.

    Creo que un santo que gusta mucho por estas tierras dijo algo así como que una hora de trabajo es una hora de oración, así que… Igual ha patinado, o como le digo, igual no me he enterado. Le aseguro que encontrarse al Gran Poder, el Señor de Sevilla, de madrugada llegando a la Plaza de San Lorenzo envuelto en un silencio espectacular y rodeado de incienso, me ha podido trastocar.

  2. En fin, comulgo con su intención D. Jerónimo, aunque no coincida totalmente con la base.

    Desde el punto de vista social, el descanso del trabajador ya no depende de leyes morales ni premorales, ni menos aún religiosas: es un derecho. Por tanto, el precepto no tiene el sentido original de «no hay que trabajar los domingos.. porque son del Señor».

    El domingo no es para Dios sino para el hombre, que necesita a Dios, y no al revés. («no se hizo el hombre para el sabado, sino el sábado para el hombre» responde Cristo cuando le critican por coger espigas en Sabbat.- Marcos 2, 23-28).

    Dios no «necesita» nuestro descanso ni nuestro culto, segun esa interpretación sacrificial y «de cumplimiento» que puede leerse en sus pensamientos, y que es contraria a la mejor teología y yo creo que a la esencia misma del mensaje Evangélico. Jesús mismo señala la rotura con el pasado, con la Idea infantil pero muy poderosa del Dios celoso- Molock que exige sacrificios, tristeza y negaciones. No trabajar en tiempos de Jesús, indudablmenete comprometia la supervivencia misma y las labores cotidianas del medio rural, lo que originaba disputas legales (¿era infringir el precepto sacar un buey de un pozo en sabbat, llegan a perguntarle a Jesús?), porque una vez que los preceptos se instauran, si falta el espíritu, se convierten en normas, y para cada norma, hay varias interpretaciones…

    ¿Cómo es posible que tal línea de pensamiento perviva y llegue incluso a oscurecer la deslumbrante revelación de un Dios/hombre en Cristo?

    Yo es la mayor culpa que reprocho a la iglesia/institución. No saber comunicar la buena noticia. Porque el evangelio es «buena noticia» y no «nuevos deberes rituales para satisfacer a Yahve», la buena noticia es que estamos salvados GRATIS y no «que para salvarse hay que ir a misa los domingos, y no trabajar»; que NO NOS TENEMOS QUE JUSTIFICAR (cosa imposible, y que lleva a los Judios y otras religiones a perderse en la maraña del legalismo, de los ritos, las impurezas de todo, y someterse nuevamente al poder del pecado), porque estamos JUSTIFICADOS «de GRATIS», por Dios mismo, en don que simplemente que escapa a las palabras, que se realiza a través de la muerte y resurrección de su hijo, y como signo, como señal para que veamos de quién podemos fiarnos, a quién adoramos, en definitiva.

    Es un grito de Dios diciendo algo así como :

    «a ver si os enterais de quien soy YO. Habeis matado a mi hijo, un hombre justo, que pasa haciendo el bien, dandoos la buena noticia de mi Paternidad; y que desde luego no os ha hecho nada. Pues bien, mi respuesta a tal aberración es… el perdón.

    El perdón absoluto y definitivo, para todos. Y lo mismo que os perdono los pecados, os salvaré la vida. ¿veis? Lo matais y Yo le devuelvo la Vida… y os la devuelvo a todos para que veais qué padre soy. Para que espereis, para que creais, para que entendais bien los mandamientos, para que seais hermanos y perdoneis a los que os ofenden, como Yo os he perdonado;para que vuestra vida sea mejor, y sobre esta esperanza salvadora, os hagais mejores, os comporteis mejor, seais más como mi hijo.»

    Esto nos lo podemos creer o no, cada uno es muy libre de creer en el mensaje de Cristo (eso es ser cristiano) o no. Creer de verdad significa personalizar esta creencia, no limitándose a asumirla como algo que te dan tus padres, o tu sociedad, pero sin enterarse en el fondo, de qué va el rollo.

    Pero si te lo crees, y esto no infunde alegría en tu espíritu, y no nos lleva a adorar, rezar, dar gracias por tener una suerte de tener un Dios tan generoso, que rebosa nuestro pequeño corazón humano, que nos perdona y comprende como el mejor padre, entonces, ya no sé que nos puede alegrar.

    Quedaremos condenados a repetir ritos, y seguir tradiciones, «porque son tradiciones», pero la fe, que es esperanza, que es alegría, que es confianza en Dios, como Señor de Vida (no de muerte) estará muerta.

    Nos es dado renovar el sacrificio mismo todos los domingos, (en realidad, todos los días, pero el domingo somos todos convocados a una), pero no porque «debamos» hacerlo (Dios no cobra comisión por eso, ni «necesita» nuestra presencia aburrida, inane, fría, distraída en la misa) sino porque es un regalo más. Regalo sobre regalo, don sobre don, de balde, gratis, gracia apabullante, que rebosa, que inunda la Iglesia y el corazón humano, y sale por las ventanas, e irradia todo, llena todo.

    Según esa visión sacrificial (que a mi me parece sacrílega y maligna) Cristo muere para «pagar» nuestras culpas. Esa memez es cruel, porque nos lleva necesariamente a la visión de un Dios que «necesita cobrar», ¡y cobrar sangre humana!
    ¡¡y nada menos que la de su hijo!!

    Me da igual lo que me tachen: Yo no querría a tal padre, y si fuera Dios, abominaría de él. Y quien adore a tal Dios, a mi humilde entender, además de que no es cristiano, sino vudú, o algo así, necesita revisar de arriba a abajo los fundamentos de su fe. Y quien emplee argumentos derivados de dicha explicación cruel de la Salvación de la cruz, o no ha entendido nada, o es un malvado que nos aleja de Dios y de la Salvación, pervirtiendo y haciendo inútil nada menos que la muerte de Cristo. Yo creo que ese es el pecado contra el espíritu, que Dios no puede perdonar. No porque no quiera, sino porque, presentado como un asesino que cualquier conciencia sana reprobaría, al menos en su intimidad, queda sin instrumentos para acceder a la conciencia del hombre.

  3. El vecino de Uxue se ha sentido aludido pero debería tranquilizar su conciencia hablando con su confesor, tengo entendido que esas dos horitas de trabajo intelectual por cuenta propia no contravienen ese tercer mandamiento. Por otro lado la cosa la ha dejado muy clara don Jeronimo, la religión católica exige santificar el domingo y al que no le guste que se borre o si no que se suba al Sinaí para discutirlo con el Jefe.

  4. Hombre! por por lo que nos ha contado otras veces parece usted un empresario o ejecutivo. Alguien que suele viajar en avión con Uxue no creo que haya ido para trabajar de costalero en Sevilla. 🙂 Feliz domingo!!!!!

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