Comarcalización es uno de esos términos que las autonomías de nuevo cuño están poniendo de moda desde hace algún tiempo. La idea consiste en volver a organizar las políticas territoriales en torno a las comarcas, superando lo que siempre tuvieron de artificial muchas divisiones provinciales. Me parece que, en principio, y salvo que se burocratice demasiado cada neo-comarca, la cosa es de sentido común. No tengo una opinión formada sobre cómo se estará llevando a cabo esta recomarcalización en Cataluña, o en Aragón, o en Galicia. Lo que se es que en Navarra todavía no terminamos de aclararnos. Desde que dejamos de lado como a trastos viejos a las cinco merindades estamos tratando de inventar algo nuevo que no acaba de cuajar. Todavía es posible encontrar por ahí mapas con números variables de comarcas navarras que llegan a oscilar entre las tres y las diecinueve. Aunque la fórmula de los siete trozos es la que se está tratando de implantar desde arriba da la impresión de que el recuerdo de las merindades perdidas pesa demasiado. Porque partiendo de una cierta unidad geográfica tenían una trayectoria centenaria como unidades administrativas plenamente arraigadas. Creo sinceramente que todavía estamos a tiempo de recuperar las merindades. Y si hiciera falta hacer algún retoque siempre será más fácil partir de lo ya existente que sacarse de la manga comarcas nuevas que ni por sus límites ni por su denominación cumplen con la función de integrar en buena armonía a los municipios y a los vecinos.
5 respuestas
Eso eso, un sitio más con edificio oficial, coche oficial, bandera oficial, teléfonos oficiales, visas oficiales, viajes oficiales, comidas oficiales, asesores oficiales, funcionarios oficiales que sigan alimentando al monstruo.
D. Jerónimo. Creo que tanto Santíficar las fiestas y tan poco trabajar le han alterado un poco.
Unca se recuperarán las Merindades hasta que no convenga políticamente al UPN y a PSN.
Hay que recuperarlas, claro que sí. Y ya puestos a revisar los instrumentos de administración local, seamos valientes y vayamos más lejos. Pidamos a nuestros vecinos del norte una salida al mar. La comarca del Bidasoa entera para nosotros, con su playa y todo, y recuperemos así nuestra Fuenterrabía de toda la vida. Porque en tiempos de crisis, sólo la imaginación importa.
Pues a mi me encanta la idea de recuperar las merindades. Claro que igual que se creo en su momento la merindad de Olite habría seguramente que hacer otra nueva para la comarca de Pamplona en plan D.F. y no tiene por que ser mas caro señor vecino de uxue porque las comarcas ya las están haciendo pero con criterios antihistóricos.
Ni comarcas ni merindades. Basta de gasto público absurdo e inutil que sólo sirve para colocar a los estómagos agradecidos que comen de su mano.