Ni robes el banco que te presta. Pero claro, ¿qué haremos si el que nos alimenta, el que nos presta, el que nos vende se convierte al mismo tiempo en un sujeto de amistad sospechosa que nos mira con codicia? Ya se que es muy triste tener que andar así entre vecinos pero es que está comprobado que les das la mano y te cogen el brazo. Que la super-eusko-cooperativa de Mondragón se haya hecho, paso a paso, con el 40% del comercio de alimentación en Navarra no tendría en sí mismo nada de especial, pero lo tiene. Dadas las circunstancias es un mal paso para el entramado económico, empresarial y social de Navarra. Porque ahora son las galletas, pero otro día serán las hipotecas, hasta que finalmente, ttipi ttapa, suai suai, como un sirimiri, consigan también gestionar nuestros impuestos. Es posible que esta vez el "arrepentido" Zabaleta no consiga un asiento de consejero. Pero lo de Eroski es un consuelo para él, seguro.
Jerónimo Erro