Con lo elegante que sería hablar, por este orden, de «dietas», «descanso» y «servicio». Pero no. Lo que se dice es: el «sueldo de los políticos»; las «vacaciones de los políticos»; el «trabajo de los políticos»… Cada vez que oigo alguna de estas expresiones echo en falta que me aclaren a qué clase de político se refieren. Porque siempre he pensado que una cosa tendría que ser el político gobernante -que en realidad tiene mucho en común con el funcionario público- y otra muy diferente el político representante, el que tiene como misión controlar y limitar al gobernante. El régimen partitocrático que sufrimos, al haber introducido un sistema de producción en cadena para la elaboración de leyes y decretos de gobierno, mezcla y confunde estas dos figuras bajo un único modelo: el hombre de partido, el soldado disciplinado, el mercenario de la política que, como buen profesional, necesita al parecer para desarrollar su labor un ritmo laboral, un sueldo, una vacación y una pensión. Como nos descuidemos, el día menos pensado aparecerán sindicatos para los políticos profesionales. Y a lo mejor hasta se nos ponen un día de huelga. -¡Ojalá!- De momento parece complicado porque ellos mismos son los encargados de fijarse a sí mismos sueldo, horario y calendario laboral. Pero no se confíen Vds. Por mi parte me gustaría ayudarles a curarse de esta especie de esquizofrenia echándome a la calle, en plan egipcio, para exigir profundas reformas en un sistema que huele a tiranía absolutista, pero es que me da vergüenza salir el primero.
2 respuestas
Sr. director: ¿Donde quedamos? que me apunto con ud. a salir y así somos dos.
¿Huelga de partipolíticos? ¡No caerá esa breva!
Las Oligojerarquías ya se encargan de apacentar sus ovejuelas con sal(arios) y su cayado (disciplina de grupo). La naturaleza del poder es inmuteibol. Los grandes héroes cívicos del pasado no nos rescatarán si persistimos en la dejación de las tareas políticas en los organigramas.
Hay que reapoderar al Parlamento, tenemos que llevar la gente al parlamento, en una auténtica revolución democrática y ética.