Nadie se atreve a decirlo porque hay miedo a quedar como un cenizo pero esta es la verdad. Los pro-vida españoles, que no hace tanto tiempo éramos el 90% de la población (cuando casi todos pensábamos que abortar era matar a un ser humano inocente) somos ahora bastantes menos porque mucha gente ha cambiado de opinión. Porque las leyes, los políticos, el BOE y la firma de una persona tan seria y bondadosa como don Juan Carlos de Borbón tienen un poder pedagógico tan grande sobre la masa que han convencido a muchos que el tamaño de los seres humanos es determinante a la hora de conceder o no el derecho a la vida.
Políticamente, la batalla del aborto se empezó a perder poco después de 1985 y definitivamente en 1996, cuando los gobiernos del benéfico Aznar no solo no eliminaron la legislación despenalizadora sino que la ampliaron manteniendo el coladero abortista, permitiendo la manipulación de embriones y abriendo la puerta a las píldoras abortivas. Lo que se ha consumado ahora es un paso lógico. Porque es de cajón que si se despenaliza algo llegará un momento en que todos tendremos derecho a que se nos siga despenalizando. Y de ahí a tener derecho, a secas, solo hay un paso.
Ahora lo que toca es reflexión. Los que todavía creemos más a nuestros propios ojos que a los partidos políticos tenemos que estrujarnos las neuronas para ver de qué forma damos la vuelta a la tortilla y volvemos a convencer a nuestros vecinos de que abortar es matar. Para empezar ¿qué tal si dejamos de votar a todos los partidos abortistas o siquiera tibios en esta materia?
9 respuestas
Querido D. Jerónimo.
Quizá debería esperar a mañana y que se me enfríen las ideas, pero esta tarde nos han dado una lección. De las gordas. De las más gordas que se recuerdan. Muchos me diran que no, que no es para tanto, pero esta tarde nos han enseñado en el Paseo Sarasate cómo hay que hacer las cosas. Por más que la chica de la megafonía gritara que son pocos y cobardes, si, son cobardes, pero de pocos nada.
Me dirán que han traído gente de Bilbao, de Vitoria y de Mondragón, que les pagan el viaje, que regalaban forros polares y botas chirucas, que luego te podías hacer una foto con mi vecina en bañador, que había bocadillos y chacolí en la Plaza del Castillo, que sorteaban un corte de pelo de flequillo abertzale en cualquier peluquería de euskalherría… pero hoy me he dado cuenta que Burke tenía toda la razón del mundo: «lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada”.
He sentido pena en la manifestación de la vida de esta tarde. Los partidos abortistas y tibios se ríen del porcentaje de no-votantes que representamos en Navarra. No somos nadie. Tenemos que cambiar nuestra forma de actuar, de comunicar o de dirigir. Pero así seguiremos perdiendo el partido. Si seguimos comiendo cebolla, seguiremos cagando cebolla. Jamás cagaremos zanahoria. Los milagros, así no existen.
Me he dado cuenta que aquí sólo se manifiestan los amigos de mi vecina, o si es por el Osasuna. Las buenas causas están perdidas. Soy pesimista, quizá su respuesta me levante el ánimo, pero aquí soy muy pesimista. Será que aquí los médicos no matan niños, pero a la gente esta guerra, se la trae al pairo. Mientras el Osasuna siga en primera.
Sólo me consuela una cosa. Que espero que todos los navarros a los que la vida parece que les importa poco hayan llenado las tiendas del maltrecho y querido comercio de esta ciudad y les hayan hecho mejorar su cifra de ventas.
Más desmoralizado que nunca D. Jerónimo. Más que nunca.
P.D. Por cierto, qué bueno el grito de «Opus Dei Kampora»… Y yo que me estaba preguntando entonces dónde estaban los del Opus. ¿El Rector?, ¿el Administrador?, ¿el Vicario?. Ni están ni se le esperan. Cosas más importantes tendrían, sin duda, pero sin estar, les mandaban fuera…
Estimado vecino,
Yo también estuve en la concentración contra el aborto, pero tengo una impresión completamente distinta.
De hecho, si yo fuera independentista jamaikano como los que pasaron al lado, estaría muy desmoralizado.
Después de 30 años utilizando la violencia para que sólo ellos puedan manifestarse van unos tipos pacíficos, desorganizados, sin militancias concretas, sin medios, sin apoyos, levemente gritones, improvisadores y caóticos ante el megáfono… y les toman el Paseo Sarasate.
¿Cree usted que los «jamaikanos» están más cerca de la independencia que nosotros del fin del aborto? Y conste que además yo estaba allí defendiendo también el derecho a la vida de los niños jamaikanos.
Por lo demás hubiera sido muy ingenuo esperar, tras una eternidad de inacción, que a la concentración del sábado hubieran acudido 100.000 navarros.
Yo tengo muy claro que ésta va a ser una lucha dura, difícil, larga y tortuosa. Y que empezamos no sólo perdiendo, sino partiendo de muy abajo. Si no, no estaríamos ahora manifestándonos. Por eso ni me desmoralicé el sábado ni me desmoralizaré la próxima concentración, en la que volvermos a ser mil paisanos. Muchos son mil, después de tocarnos las narices durante tantos años. Casi le diría que estoy agradablemente sorprendido.
No obstante creo en la racionalidad del ser humano. Si se concentran 10 millones por un lado, y mil con la razón por otro, yo apostaría por los mil a largo plazo.
Aún queda otro punto, y éste es independiente del número de personas que estábamos.
En algún momento del futuro, cuando el aborto se considere una salvajada inaceptable del pasado, habrá personas que pongan en duda su fe en el ser humano preguntándose por qué todo el mundo callaba ante aquel genocidio silencioso. Y entonces resultará que si a lo mejor se puede mantener una mínima fe en la humanidad fue porque después de todo la llamita de la dignidad humana la sostenían sólo mil locos. Vale que era una llamita pequeña, pero no es lo mismo la oscuridad total que una llama pequeña. Mi elección el sábado no fue ser mayoría o minoría, sino ser oscuridad o llamita.
En realidad había algunos desfensores de la vida más, pero estaban haciendo shopping o luchando heróicamente desde el sofá en su casa. En esto tiene usted razón y me gustaría que a estos héroes antiabortistas de sillón, cuando lean esto, les joda un poco. Así que desde aquí les mando un saludo.
Agradezco los ánimos de Josetxo y de Napoleón. Disipan un poco mi «desmoralización», pero no del todo. Ya les dije que escribía en caliente. En cualquier caso permítanme varias puntualizaciones:
a) Por supuesto que voy a seguir en la batalla. En primera fila. En esta y en otras que por aquí he comentado. Faltaría más. ¿Para qué quiero la cara sino para que me la partan?. Ya sólo tengo que gustarle a mi mujer, y a mi edad ya me tiene muy visto, así que… Seguiremos peleando.
b) Insisto en que podrán decirme lo que quieran de esos ¿jaimakakos? (soy incapaz de reproducir sin copiar lo que ha escrito Napoleón… me ha costado unos añitos saber distinguir algunos nombres propios de palabrotas, así que…) pero allí había mogollón. Y mogollón es mogollón. Sobre las 18.15 recorrí toda la concentración del paseo Sarasate y no creo que nosotros superáramos los tres centenares de personas. Seamos serios con los datos. (Los de cocos no llegaban a 2 centenares, que también los conté junto a los Capuchinos).
c) Los chicos batasunos han sabido hacerlo bien y se han puesto capas de corderos sobre sus dientes de lobo. Y por eso dice Josetxo que «antes gritaban vamos a quemar el Opus Deí». Y fíjese lo buenos que son ahora, que sólo se manifiestan ¿verdad? Y ya no lo queman, solo quieren largarlo de aquí ¿Verdad?. Pues le recuerdo amigo que el Edificio Central de la Universidad del Opus es el edificio DEL MUNDO ENTERO (ojo, no de la cuenca, del mundo entero) que más ataques terroristas ha sufrido. Menos mal que sólo gritan Kampora esos corderitos ¿verdad?. Usted es otro de los muchos que opina -sin maldad- «que no son lo que eran». Su problema es que se ha «mimetizado» con el ambiente. Se cura saliendo un tiempo de aquí.
d) Quizá yo venga de otro sitio y mi cabeza se haya volado con vientos de otros lugares, pero lo de esa gente no lo considero normal. Invite usted a uno de Tarazona una tarde de sábado a su casa y sáquele de paseo mientras estos chicos salen con sus ropas tan oscuras como sus almas y sus cromos de presos gritando por la calle. Verá lo que le dice. Le aseguro que en Burgos eso no lo han visto nunca, y están a menos distancia de Ajuria Enera que nosotros. Que sea costumbre no es que sea normal.
e) Les emplazo 12 años para que vean que la batalla suya no está perdida. Ni mucho menos. Y si no, ya les digo, en 12 años nos veremos las caras. Dejen que esta generación X Y J o como quiera llamarse que está en pleno pavo ahora lleguen a votar y veremos lo que pasa. «Los buenos» hace tiempo que perdimos la batalla de las ideas, de la cultura y de la calle. Nos guste o no. Nos dormimos, nos durmieron y a muchos no los vamos a despertar. Ahora sólo podemos luchar por recuperarla. Pero de momento el partido lo vamos perdiendo.
f) No olviden a Burke. El mayor mal es el que causa la inacción de los buenos. Aquí en Navarra habrá muchos buenos. Muchos. En el fondo, los habrá. Pero muy muy en el fondo, porque ayer prefirieron el pacharán con hielo y el sofá, al frío de la calle y defender una idea.
g) No olviden ustedes que estamos en una sociedad audiovisual. Aquí la gente se mueve por lo que ve, no por lo que lee. El periódico no lo lee nadie. Miran las fotos y lo que ha pasado en el futbol o en la cama (busque las noticias más leidas de los periodicos en internet). Yo vi trescientas personas congregadas en el P Sarasate. Muchas mayores y muchas jóvenes. Los que no estuvieron y ven el periódico ¿que ven? (nos guste o no, es así) unas viejas, unas monjas, cuatro crías del Opus pegando gritos un sábado frío. That´s all fucks.
h) Estoy de acuerdo con lo de la niña de 16 años. Y le diré algo más. Algo de normalidad democrática que se suele hacer en otros lugares de España. A la niña aquella le faltó al terminar pedir un aplauso para la Policía Nacional. Ellos se lo merecían, nosotros se lo hubiéramos brindado gustosamente y a los «malos» les hubiera escocido un poco más.
Buena semana a todos
También me sorprende que ninguno de los cuatro políticos que había hayan dicho nada a la Delegada del Gobierno sobre la feliz coincidencia de hacer pasar las dos manifestaciones por la misma calle. Hombre, Pamplona no es Nueva York, pero ¡¡anda que no hay calles!!.
Jopé.
Al final resulta que los que estábamos allí, -que yo también estuve- vamos a ser todos lectores de Navarra Confidencial. ¡que divertido!
El caso es que a mi al principio, me molestó un poco la presencia de los policias -yo les quiero mucho, que conste- y luego al ver llegar a los chusmillas de siempre, entendí por que estaba la poli.
Bueno, en cuanto a lo desmoralización o no, esto de las causas justas es como si en la Alemania Nazi hubiésemos pretendido que el pueblo alemán se rebelase contra los nazis.
Y aquí con Zapatero, la derechilla, el centro, las nueve cadenas de TV, los Federicos, etc, todavía costará que nos convenzamos de que matar a un niño/a indefenso/a en la barriga de su progenitora es una burrada… y un gran negocio, por lo que tenemos que vencer al capital.
Bueno mucho ánimo, aunque mientras conseguimos cambiar a esta sociedad anestesiada vayan a morir tantos inocentes.
Hola Vecino
Me parece que por esta vez te equivocas.
Te equivocas en el número (en la foto parcial del DN, contados 1 a 1 ya hay más de la cifra que dices, y eso que en la foto solo sale 1/3 de la convocatoria (la menos joven por cierto). Las primeras filas estababan mucho más apretados y eran mucho más jóvenes. extrapolando serían más de 1000. Piensa que 50 personas cenan en un restaurante no muy grande para hacernos idea
Nunca se debe comparar una concentración con una manifestación en movimiento
Pero en lo que te equivocas fundamentalmente es en que hay poca respuesta social. nunca en España se ha movilizado tanto la sociedad contra el aborto. Nunca ha habido tanto movimiento en todos los campos sociales, científicos, periodídticos, en la red… (y tan distanciados de los poíticos). Nunca se ha cuestinado el aborto de esta forma antes.
Para mi fue un éxito, aunque es cierto que se puede y se debe mejorar. Yo lo veo así.
Buruaundi.
En España hay movimiento, menos del que había. Muchísimo menos. Pero en Navarra, perdona que te diga no hay ningún movimiento. Ninguno. Y si tu contaste mil en aquella concentración, veías doble. Igual fue el pacharán.
Seamos serios. Somos pocos, valientes y con ganas, pero pocos. Muy pocos. Terriblemente pocos.
Josetxo
Lo siento, pero si no te gusta no me leas. Yo digo las cosas como me da la gana, que para algo creo que vivo en libertad, aunque a muchos no les guste.
Y las puntuaciones de aquí, perdona pero no sabía ni que existían.
En cualquier caso la representación de Navarra en la manifestación de la Vida, que es lo que nos ocupa, fue sencillamente penosa. Te guste o no, lo diga como lo diga.
Vecino, no te piques y aguanta la correción fraterna. Josetxo no te ha dicho que no seas libre sino que por ser libre hay que ser responsable.