Nuestro Defensor del Pueblo, el Sr. Enériz está haciendo un flaco favor a la democracia. A nadie se le escapa el uso partidista que ha hecho de la institución que dirige. Posicionarse en contra de las familias que hacen objeción de conciencia a que sus hijos estudien Educación para la Ciudadanía sin que nadie del pueblo que el defiende le haya pedido tal defensa es un uso inadecuado de su papel. Me parecería más prudente poner a Herodes de Defensor del Menor que al Sr. Enériz de Defensor del Pueblo.