Ante las propuestas de ser Presidente del Congreso de Los Diputados, ha declarado abiertamente que no va a permitir que Comunidades Autónomas gocen de privilegios, gocen de diferencias, referencia no exclusiva a nuestra Navarra, pero sabemos de sobra que este nuestro “viejo reyno” es un dulce que les gusta mucho a todos, y a nosotros los primeros.
Las diferencias de la Comunidad Autónoma de Navarra son fruto de la “equidad”, concepto que muchos confunden con la igualdad, concepto del que muchos no quieren hablar por no entender que la verdadera justicia sale de “dar a cada uno lo suyo”, definición de los verdaderos padres del derecho, los que afanados en la búsqueda de “lo justo”.
Sabemos sin embargo, que en Madrid, han sufrido, y sufren presiones para que lo que Navarra unas veces disfruta y otras sufre, se extienda a todos, o se borre de un plumazo. El acumulador de poder D. José Bono, ese que parece tan campechano que convence al que no ve más allá de lo que le permiten las rosas rojas o los puños de la mano izquierda en alza, ha planteado con claridad que esas diferencias no las quiere y no va a permitirlas, solo falta que el cargo, la nueva cuota de poder se consolide y entonces sabremos d que habla.
Por otro lado, ya dice en tono pachanguero, para ganarse la simpatía de quienes se dejan ganar, que al que despunte “le dará con la guía de
teléfonos”, claro llevan tanto tiempo viviendo en Madrid que saben de su grueso; pero la de Navarra, la guía de teléfonos de Navarra no es de ese calibre, y esta a muy buen recaudo. Al navarro, a la navarra, no hace falta que nadie sea tan grosero como para darle con la guía, ni menos con la zapatilla, lo que tiene quien siente a esta tierra lo tiene porque la conoce y conoce sus orígenes, y va a dejar arrebatar parte d su historia y de su idiosincrasia por pagar tributos a Cersar ninguno, y mucho menos a “cesarillos” de tres al cuarto.
Así que no me toque a Navarra que toparemos con lo que no que no queremos; y si claramente es una amenaza , que para ser alzado al grito de “real, real, real” hay que ser hijo de esta tierra, e infante del viejo reyno.