> N. C. Hemos sabido que hay serias posibilidades de que un joven empresario navarro, muy amigo de Miguel Sanz, adquiera la planta navarra de la multinacional Delphi, empresa que entre otros productos fabrica componentes para el sector de la automoción. Como se sabe, la matriz de Delphi en Estados Unidos se declaró en bancarrota el año pasado. Sus filiales en el extranjero están intentando sobrevivir, pero a nadie se le esconde que la situación es muy difícil. La compañía tiene cinco plantas en España, que emplean a un total de 4.800 personas. No todas ellas se encuentran en la misma situación. En concreto, la de Navarra parece ser de las rentables, aunque sus circunstancias tampoco están claras. De hecho, en el pasado mes de mayo el comité de empresa convocó una huelga ante la impresión de que los directivos estaban realizando un proceso de cierre lento de la fábrica. No obstante, el paro duró sólo cinco días porque se llegó a un nuevo acuerdo con los directivos, que se comprometieron al mantenimiento de los 151 empleos y la actividad. La llegada de este empresario puede suponer una nueva etapa para la planta y la seguridad de una fuerte apuesta por su supervivencia. Es muy positivo que todavía haya en Navarra emprendedores dispuestos a arriesgar en medio de coyunturas difíciles.