Lo cierto es que el reparto de consejerías propuesto por Puras parece haber dejado en estado de shock a los nacionalistas, y tal vez de forma nada inocente. Según parece, la complicada estabilidad interna de la coalición tetrapartita que forma Nabai dependería más de lo que se confiesa de cara al público del reparto de cargos. Cuando Puras ofrece un par de consejerías a los nacionalistas, sabe que el reparto de dos cargos entre los cuatro partidos que forman la coalición va a desatar una crisis interna, por lo que no es extraño que los nacionalistas se levantaran inmediatamente de la mesa. Nafarroa Bai contaba con 6 consejerías, a cambio de ceder la presidencia a Puras, para poder satisfacer las aspiraciones de todos sus coaligados: 2 para Aralar, 2 para EA, 1 para Batzarre y 1 el PNV. No es de extrañar, por tanto, que haya quien ha interpretado el último movimiento de Puras lanzando una bomba a la mesa de negociación como una victoria de las tesis contrarias al pacto supuestamente provinientes de Moncloa y Ferraz.