Una niña de 12 años, según informaba ayer el diario El Mundo, fue violada el 15 de marzo de 2018 por seis jóvenes de entre 15 y 20 años.
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Los detalles del relato son escalofriantes. Los hechos se desencadenaron a partir de las 13.00 horas cuando la menor, una niña española de 12 años, se encontraba en compañía de varios amigos en el parque del Lavadero de Azuqueca. Entonces, se presentaron varios jóvenes que cogieron a la niña y a otra amiga y las llevaron a un edificio abandonado, en el que soltaron a una de las niñas y a la otra la violaron anal y vaginalmente mientras la chiquilla gritaba y se resistía como podía. La violación en grupo se prolongó durante más de media hora.
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De todos estos hechos, muy comentados entre los escolares del instituto según publica El Mundo, “no se informó de forma oficial nunca”. La noticia concluye señalando que tres de los menores pactaron con la Fiscalía de Menores tres años de internamiento y cinco más de alejamiento de la víctima. De los mayores de edad, uno está en prisión preventiva acusado de agresión sexual y detención ilegal. La Fiscalía argumenta, además, que usó a su novia para intentar comprar el silencio de la víctima. El otro adulto quedó en libertad.
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¿Y por qué no nos hemos enterado de nada de esto hasta ahora y nos enteramos un año después sólo porque lo descubre un periódico?
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Pues a lo mejor ayuda a entender algo lo sucedido si completamos el relato añadiendo que los violadores eran marroquíes y nigerianos. O que a la segunda niña no la violaron “por ser mora”.
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Obviamente contra esta manada no se ha organizado ninguna manifestación en todo este tiempo. No se ha hablado de ello en ningún programa. No se han publicado las fotos de los violadores. No se saben sus nombres ni sus profesiones ni sus domicilios. No se han rodeado los tribunales en los que han sido juzgados. Y desde luego no se han cuestionado las penas ni se han publicado tampoco los nombres y las fotos de los jueces o magistrados. Ni ha pasado nada de esto durante el año que ha transcurrido, por el silencio oficial, ni va a pasar tampoco al parecer ahora que se ha publicado.
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¿A dónde nos lleva el suceso y su ocultación?
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Desde luego a preguntarnos si hay más casos como éste. Si los hay, lógicamente no lo sabemos, o lo sabremos dentro de un año, o de cuatro, o cuando lo descubra un periódico, si lo descubre un periódico.
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Necesariamente esto nos lleva también a darnos cuenta de lo distinto que reacciona el sistema según quiénes sean los sospechosos ante unos mismos hechos (en realidad más graves, puesto que ante una niña de 12 años, si los hechos se produjeron, no cabe dudar ni como hipótesis sobre la voluntariedad y la responsabilidad de la víctima).
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Otra consecuencia es que algo falla si por un lado estás diciendo papeles para todos, fuera vallas de las fronteras, no hay personas ilegales o welcome refugees si, después, tienes que ocultar este tipo de noticias. O lo asumes todo o lo cuestionas todo, pero no ocultas una parte para no tener que cuestionarte la otra.
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Ahora que se van a poner de moda los organismos destinados a detectar las fake news, además de estas oficinas para denunciar las fake news a lo mejor hay que crear otras para averiguar la no news.
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Finalmente, a la vista de todo este relato, cabe también preguntarse a una niña como ésta quién la protege más en el mundo real, el 8M o VOX.
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2 respuestas
A lo mejor es que en Euskal Herria somos más de denunciar estos casos. Cosa que en la España profunda lo ven normal.
perdona beltxa…, pero si fueras tan amable de decirnos a los demás que es esa palabra que te has inventado de euskalherria, te estariamos eternamente agradecidos, por cierto que si es algun tipo de PINCHO (ahora que estamos en la SEMANA DEL PINCHO) nos gustaria que fueras tan amable de decirnos en que bar se han inventado ese PINCHO llamado euskalherria para que podamos ir a probarlo y puntuarlo…., muchas gracias de antemanos ante la pronta respuesta y aclaración que seguro me das….