Por cada vez que volviste sola a casa y pasaste miedo: vota. Pero, ¿a quién

Iñigo Errejón, actual lugarteniente de Carmena, ex lugarteniente de Pablo Iglesias, la persona supuestamente cabal y moderada de Podemos frente a los excesos de algunos de sus correligionarios, se descolgó ayer con un discurso que utilizaba las agresiones sexuales para pedir el voto de la mujer. Como si sólo Más Madrid, Podemos y la ETA se preocuparan por las agresiones sexuales a las mujeres. ¿Hay que contestar a este tipo de discurso? ¿Hay que dejarlo pasar? ¿Dónde se llega dejando pasar este tipo de discurso durante décadas? ¿A que una mayoría de españoles piense que las alternativas en política son ser de izquierdas o ser un hijo de puta? Y llegados a ese momento, en el que más o menos ya estamos, ¿hay que seguir sin contestar?

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Pues efectivamente, a lo mejor las mujeres cuando vayan a votar sí que deberían pensar en cada vez que volvieron a casa solas y pasaron miedo. Pero, ¿votar a quién? ¿A la izquierda que se opone sistemáticamente no ya a la cadena perpetua, sino siquiera a la prisión permanente revisable? ¿A la izquierda que en nombre de una supuesta reinserción que prevalece sobre cualquier otra consideración deja en las calles a violadores y asesinos en serie? ¿Cuántas violaciones y asesinatos de mujeres no se hubieran podido evitar en los últimos años simplemente no dejando salir de la cárcel a determinadas alimañas? ¿Y qué tiene que decir de eso la izquierda? ¿A quién deberían votar las mujeres que al volver solas a casa no quieren encontrarse con una de estas alimañas reincidentes excarceladas?

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No es popular señalarlo, pero siendo los inmigrantes un 10% de la población cometen sin embargo el 30% de las agresiones y abusos sexuales. Es evidente que todos los inmigrantes no son delincuentes. Es evidente que no se puede satanizar a los inmigrantes por lo que hace una pequeña parte de ellos. Pero también es evidente que no tiene ningún sentido importar delincuentes. Al inmigrante que comete un delito grave o se convierte en un delincuente reincidente no tiene sentido acogerle. Política de importación de delincuentes cero. Esto no es una política del odio, salvo que sea de odio al delito. Todo lo abiertos que tenemos que estar a los inmigrantes que no generan conflictos, debemos por el contrario cerrarnos a las personas de fuera que vienen a cometer delitos. La solución no puede ser silenciar después en los telediarios el origen de tal o cual manada de violadores. Efectivamente, que al ir a votar piensen en lo que quieren todas las mujeres que pasan miedo al volver solas a casa por la noche. Y que lo piensen también las parejas, los hermanos, los padres, los amigos y todos los hombres que conocen a todas esas mujeres.

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