Un año más el nacionalismo ha celebrado su Aberri Eguna, o su Día de la Patria, y Bildu además lo ha celebrado en Pamplona, después de señalar que Navarra no es sino uno de los siete territorios que componen esa patria política vasca imaginaria llamada Euskal Herria. La cosa no deja de tener su gracia, porque Euskal Herria nunca ha sido un estado sino una comunidad lingüística y cultural, como la Hispanidad. Decir que Navarra es uno de los 7 territorios de la patria vasca es como decir que Inglaterra es uno de los 67 territorios de la patria inglesa. Por otro lado, tendríamos 6 territorios que en algún momento, como otros territorios, han formado parte del Reino de Navarra, pero en cambio Navarra no ha formado parte nunca de esos territorios. Son ellos los que en todo caso han formado parte de nuestro reino. Pero claro, en el nacionalismo vasco todo funciona al revés. Somos nosotros los que somos una comunidad transitoria, inacabada, a la que se concede la posibilidad de pedir la anexión a la CAV, cuando si acaso es la CAV la que debería ser una comunidad transitoria e inacabada, a cuyos territorios se les concediera la posibilidad de una consulta para ser anexionados por Navarra. En el supuesto de que Navarra quisiera, por supuesto. El punto es que el nacionalismo vasco parte siempre por principio de una minusvaloración y un desprecio de Navarra, y así en el imaginario de Otegui acabamos siendo un séptimo del territorio de Narnia, cuando en realidad somos el único territorio histórico de ese abstruso conglomerado. Lo penoso es que Chivite no diga nada en defensa de Navarra ante estas palabras del líder del partido que la sostiene. Pero claro, cómo va a decir nada contra quien la sostiene. Además casi todo el tiempo de la presidenta lo absorbe actualmente la persecución implacable contra los agricultores que le protestan.
Arnaldo Otegi afirma desde Pamplona que no renuncia al Estado vasco pero defiende “escenarios intermedios” en una celebración previa a las elecciones del 21 de abrilhttps://t.co/3UlYQX7sEy
— elDiario.es Euskadi (@eldiarioeus) April 2, 2024
Más allá de que Otegui contemple a España como un estado de 16 comunidades autónomas, y a Navarra como un séptimo de su estado imaginario, el hecho es que resulta significativo su comentario de que no llegaremos a la independencia de un día para otro si no existen escenarios intermedios. ¿Y por qué estas palabras resultan significativas? Pues porque el PSOE es el facilitador de esos escenarios intermedios. La diferencia entre el PSOE y Bildu, o los golpistas catalanes, es que todos los escenarios de poder que estos van obteniendo del PSOE los llaman así: escenarios intermedios hacia la independencia, mientras que el PSOE, para justificarse, los llama escenarios hacia el entendimiento y la concordia. De algún modo el PSOE tiene que vender todas las concesiones que, a cambio de la presidencia de Sánchez, va haciendo a los nacionalistas para facilitarles la consecución de sus objetivos.
x
La anexión de Navarra tampoco la pretenden los nacionalistas vascos de un día para otro, sino mediante una sucesión de estados intermedios. Ese es el papel de Chivite al frente del Gobierno de Navarra con el apoyo de los nacionalistas. Lo del sapo y el caldero de agua hirviendo de toda la vida, sólo que el calentador del agua se llama PSOE.
Entrevista a Andoni Ortuzar: "Necesitamos la máxima movilización ante Bildu, que finge ser Caperucita pero debajo está el lobo y tiene una agenda oculta" https://t.co/0PVY8F7fHK
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) March 31, 2024
Por lo demás, este Aberri Aguna con el trasfondo de las elecciones vascas ha dado lugar a discursos curiosos, como el de Ortúzar expresando su desconfianza respecto a Bildu y su transición a la democracia, o respecto a lo malo para la CAV que sería dejarle tocar el poder a Bildu. El problema es que todo eso no parece importarle mucho a Ortúzar cuando de lo que se trata es de que Bildu toque gobierno en Navarra o mande en Pamplona. Lo único que le importa a Ortúzar de Navarra es lo mismo que a Otegui: ir consiguiendo esos escenarios intermedios hasta convertirla en un septimillo de su república. No pasa nada si Navarra se arruina en esa sucesión de escenarios. Es más, la ruina de Navarra seguramente es un escenario necesario en la agenda nacionalista para que la septimización llegue como un rescate por parte de la CAV. Lo que sí cabe añadir para concluir es que el que se pone caretas no es Bildu. No es Bildu el que finge ser Caperucita. O sea, en este cuento seguro que hay un papel para alguien que finge no ser el lobo o no estar de parte del lobo, o que en el fondo no quiere que cacen al lobo, pero ese papel histórico no es el de Bildu.
X