Ser moderado y centrista, para empezar, es relativo. En una sociedad lo bastante ultraizquierdista, cualquier cosa es ser un fascista. A un etarra o un podemita todo le perece facha. Muchos jóvenes en España llaman fascista a cualquiera que se salga un pelo del carril marcado por el discurso políticamente correcto progresista porque jamás han visto a un fascista de verdad. Por un razonamiento similar, para un esquimal acostumbrado a vivir a 30 grados bajo cero un día a menos 4 es calor, y para lo que él conoce y está acostumbrado es hasta verdad.
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Por otra parte, decir que en las elecciones del domingo ganó la moderación resulta un tanto chocante. ¿Es moderado el PSOE de Pedro Sánchez? ¿Es moderado el electorado socialista que gritaba en Ferraz “sí se puede, sí se puede” (imitando a Podemos) y “con Rivera no, con Rivera no”? ¿Es moderado un electorado que quiere votar con la ultraizquierda y el ultranacionalismo que viene de un intento fallido (de momento) de rebelión? ¿Es moderado un electorado movido por el odio a la derecha más que por cualquier otro factor? ¿Da más miedo Abascal que un chavista que se emociona cuando apalean a un policía, que dice que los medios de comunicación privados son la mayor amenaza para la democracia o que siente nostalgia de la URSS?
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La unidad del centro-derecha se ha ido quizá para no volver
Al margen de disquisiciones sobre lo relativo que es ser moderado o inmoderado y las variopintas varas de medir al respecto, el hecho es que el centro-derecha está fragmentado y es improbable que vuelva a unirse en el medio plazo. De hecho la unidad del centro-derecha es el punto del que venimos y por tanto lo que ha fallado. ¿Y por qué ha fallado? Al final el centrismo es una manta demasiado pequeña para cobijar a todo el centro-derecha, tan sencillo como eso. Al estirar la manta hacia un lado para cubrir una parte del cuerpo no hay manera de que no se quede al aire alguna otra parte del cuerpo en el otro lado. Incluso en la izquierda, mucho más uniforme en su pensamiento, es improbable una candidatura unitaria. Hace mucho que mucha gente en el centro-derecha no se sentía bien representaba ni percibía que se defendíeran sus valores ni su discurso. Demasiado ha tardado en romperse el centro derecha.
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Una vez fragmentado en tres pedazos, por lo demás, es complicado encontrar ahora una solución o cambiar los resultados conjuntos desplazando ligeramente el discurso de alguno de los pedazos. Es decir, la ventaja teórica de la fragmentación es que se abarca más. Desde VOX hasta Ciudadanos y su defensa de los vientres de alquiler, el aborto y la eutanasia casi no se puede abarcar ideológicamente más. Sin embargo la suma de PP, Ciudadanos y VOX ha sido insuficiente. Si desplazarse al centro fuera la panacea, Ciudadanos hubiera tenido más votos que el PP y hasta que el PSOE. Si desplazarse al centro garantizara la victoria, de los 149 diputados del centro derecha 120 tendrían que ser de Ciudadanos, en vez de sólo 57. ¿Qué se supone que tendría que hacer ahora el PP? ¿Colocarse a la izquierda de Ciudadanos? ¿Y qué espacio electoral queda libre entre el PSOE y Ciudadanos? ¿Alguien piensa que hay un enorme espacio? ¿Hay siquiera un espacio?
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Si el PP, por otra parte, se desplaza significativamente hacia el centro, eso le dejaría más espacio libre a VOX, que crecería por la derecha a costa del espacio desocupado por el ese lado. De hecho ésa es la razón de que haya aparecido VOX. Es absurdo que los mismos que han dejado huérfano al votante menos centrista del PP ahora le echen la culpa a VOX de darle un techo, en vez de culparse a sí mismos por abandonarlo. Recordemos el día en que Mariano Rajoy, auténtico culpable de la situación, invitó a conservadores y liberales a marcharse del PP, cada uno por su lado. Pues parece que lo hicieron. Sólo falta que los marianistas vengan a culpar a nadie de hacerles caso.
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Obsérvese también el malicioso análisis de muchos observadores, particularmente progresistas, asegurando que lo que tiene que hacer el PP es moderarse, o sea abrazar el discurso izquierdista, para recuperar el voto perdido. La idea de fondo es que en España sólo se pueda ser progresista aunque a dos velocidades, pero progresista de todos modos. El pensamiento único con matices en el ritmo. Sin embargo, cuando fue el PSOE el que perdió con Podemos votos por la izquierda, ¿qué es lo que dijeron esos mismos analistas? ¿Dijeron que el PSOE tenía que centrarse y buscar la moderación? Evidentemente no. Lo que dijeron es que el PSOE tenía que radicalizarse para impedir la fuga de votos a la extrema izquierda. Y de hecho es lo que le ha funcionado a Sánchez. Los “moderados” en el PSOE, como Susana Díaz o Javier Fernández, fueron los derrotados por Sánchez. Cuando se dice que el PSOE ha ganado por moderarse es porque se piensa que siempre gana el que se modera, ergo si Pedro Sánchez ha ganado será que se ha moderado. Obviamente esta forma de razonar que no se ajusta a los hechos es un pensamiento circular o una petición de principio.
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Sí que es cierto, no obstante, que si el PP se acerca a VOX para evitar una fuga de votos por ese lado lo que puede tener en cambio es una fuga de votos hacia Ciudadanos. Es por tanto muy complicado que el PP pueda revertir la situación en que se encuentra, con Pablo Casado o con Gary Cooper de candidato. Y también es muy difícil que el centro-derecha se pueda reunir bajo una mismas siglas porque la manta no puede cubrir permanentemente tanto espectro político. Es curioso porque la idea que podía aglutinar en este momento a todo el centro-derecha podría ser la defensa de España. Sin embargo, cuando la unidad de España no estaba tan en peligro y los temas de debate eran otros el centro-derecha estaba unido, y ahora que la unidad de la nación sí está amenazada es cuando el centro-derecha se ha roto. El problema es que el momento en que suceden estas cosas seguramente no se elige y cuando sucede, como hemos visto, difícilmente se pueden revertir ignorando todo el proceso histórico que las ha desencadenado.
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Si abarcando un espectro ideológico tan amplio como el que hay entre VOX y Ciudadanos no se consigue llegar a más del 45% de los ciudadanos, lo que a lo mejor se debe intentar no es como repartir los pedazos de la tarta, sino hacer que crezca la tarta. La clave ahora tiene que ser ampliar la base social del centro-derecha. Y para eso hace falta un discurso. Hacen falta argumentos. Y hacen falta medios para servir de altavoz y correa de transmisión de ese discurso. ¿Por qué gana más frecuentemente la izquierda que la derecha? ¿Por qué la derecha sólo llega al poder cuando el país está al borde de la ruina? Porque hay una mayoría social izquierdista. Y la hay porque la izquierda predomina completamente en los medios de comunicación, la educación y la cultura.
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En realidad, teniendo en cuenta ese predominio en los medios, casi podría concluirse que demasiado bien le va al centro-derecha. Es decir, el centro-derecha está tratando de digerir como una gran debacle lo que en realidad, incluso con todos los medios y el mundo de la cultura a favor de la izquierda, es un empate técnico al punto de que, excluyendo a los partidos nacionalistas, el bloque PSOE+Podemos+mareas ha tenido el 42,9% de los votos y el bloque PP+Ciudadanos+VOX+NAsuma ha obtenido el 43,2%. Si usted cree estar rodeado de progres tiene tanta razón como su vecino progre que cree estar rodeado de fachas. Salvo en Navarra, donde efectivamente estamos rodeados de progres. No pasa nada. Ser progre se cura. Puede que usted mismo se esté curando en este momento.
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3 respuestas
Ésa es la cuestión: los medios de manip digo comunicación. Y para mí que todo empezó con lo que un profesor mío de la universidad (que allá, en los albores de la transición lo vio venir) llamaba «la biblia progresista», es decir, El País y Prisa, que han ido procreando engendros sectarios contra los que será dificilísimo luchar. Y mucha culpa la tiene quien, interviniendo donde no tenía que intervenir, salvó al monstruo de morir ahogado en deudas.
Que alguien me explique por qué Ciudadanos es un partido de centro y moderado. Propone:
– q sea libre matar a los niños antes de nacer (aborto)
– que sea libre matar a enfermos y ancianos (eutanasia)
– q la ideologia de género, homosexualidad y transexualidad, conductas estériles, sean algo deseable y protegible.
– q mujeres puedan gestar a los hijos de otros y generar embriones excedentes in vitro y
– que la marihuana sea legal.
Yo siempre me pregunto en que momento de la historia los defensores de los mas débiles e indefensos (niños no nacidos, enfermos, ancianos…) hemos pasado a ser considerados radicales ultras y retrógrados, mientras que los que proponen su muerte son considerados progresistas y guays.
El eclipse de la razón. ???
Felicidades. Un artículo excelente y certero.