Una delegación de Nafarroa Bai y otra del PSN, encabezadas por Puras y Zabaleta, se tomaron la molestia de viajar durante horas a un monte para negociar en secreto durante tres horas, algo sorprendente cuando todo el mundo sabe que están negociando y cuando por otra parte mantienen reuniones públicas con fotos y ruedas de prensa. ¿Para qué tomarse entonces la molestia? La evidencia de que hay reuniones públicas y reuniones secretas, podría encontrar explicación en el caso de que también hubiera un pacto público y otro secreto, unos acuerdos que se harían saber a la ciudadanía navarra y otros que no, un programa confesable y otro inconfesable. La cazada a Puras y Zabaleta muestra las dos caras de estos políticos. No cabe sino preguntarse si el calculado perfil bajo de Nafarroa bai en las reuniones públicas no es más que el reverso de la auténtica Nafarroa Bai en las reuniones secretas. Parece evidente que, para decir lo mismo en público que en secreto, no hace falta reunirse en secreto, y que cuanto más se oculta una cosa es porque más vergonzoso sería revelarla. Por tanto hay que sospechar la existencia de dos discursos. Sabiendo que hay negociaciones secretas, las negociaciones aparentes ya no tienen ningún interés ni ninguna credibilidad. Que recuerden los socialistas y los nacionalistas que en democracia no se gobierna a sordos, mudos y ciegos, sino a ciudadanos libres capaces de juzgar y cambiar a sus dirigentes. Por eso en democracia se hace política en el Parlamento y no en una cueva. PSN y Nafarroa Bai demuestran no tener el más mínimo respeto por los navarros.
