Puede parece que no pasa nada si un consejero del gobierno ficha para su gabinete a la mujer del director de un periódico, pero sí pasa. Es decir, seguramente es normal que un periódico entreviste al nuevo vicepresidente segundo y consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos, pero es algo que uno no se pregunta hasta que la mujer del director es fichada por el entrevistado. Sobre todo si la entrevista además resulta que es totalmente autocomplaciente, laudatoria y las preguntas incisivas son del tipo si Navarra Suma es tan mala como parece o aún peor, a lo que el perspicaz entrevistado, recogiendo el guante, viene a decir que mucho peor, desde luego.
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O sea, si no han fichado a tu mujer puede no ser nada, o puede ser un publireportaje más, como esas entrevistas que publica el Grupo Noticias a veces que son publicidad institucional, pagada por el gobierno, o sea por el entrevistado, aunque con el dinero de todos, pero que el medio no advierte que lo es.
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Si fichan a tu mujer, por consiguiente, es imposible no preguntarse si la entrevista hubiera tenido lugar en caso de no haberla fichado, si hubiera ocupado el mismo espacio, se le hubiera dado la misma trascendencia, las preguntas hubieran sido igual de sencillas…
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Y por supuesto, entre tantas preguntas, ninguna pregunta sobre el fichaje de la mujer del director, que sin embargo es lo único realmente interesante que a estas alturas se le puede preguntar al consejero, y aquí una vez mas cabe preguntarse si no se le pregunta nada precisamente porque se le entrevista en el medio dirigido por el marido de la fichada. Es posible que haber preguntado al consejero en una entrevista al Noticias, que es precisamente en el medio donde tocaba la pregunta, no hubiera servido para apagar el fuego, pero ni hacer la pregunta de algún modo aporta mas leña. Porque omitir ese tipo de preguntas sería precisamente lo que sucedería caso de haber un conflicto de intereses entre el periodismo y el gabineteo.
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