Incapaces de haber alcanzado un pacto en fecha y forma, PSN y Nabai no quisieron someterse al plazo previsto en el reglamento, y solicitaron a la presidenta de la cámara recién nombrada (la socialista Elena Torres) un período “de gracia” de 24 horas. Al no estar prevista en ninguna parte la demora en el plazo, en vez de negar la petición la presidenta solicitó un informe a los servicios jurídicos del Parlamento, que determinaron que era posible incumplir el plazo previsto.
Los socialistas y nacionalistas, tras conseguir forzar el plazo establecido por el reglamento, naturalmente no cumplieron el nuevo plazo y el día 5 tampoco alcanzaron un acuerdo. A continuación, se fueron de vacaciones. La presidenta decidió entonces que la “última” ronda de consultas ya no sería el 4 ni el 5, sino el 16 o el 17, advirtiendo que de no cumplirse tampoco esos plazos (ya arbitrarios, al no ser los reglamentarios) ella misma invitaría a que fuera la fuerza más votada (UPN) quien presentara a su candidato.
Ayer, el diario El País consideraba que el límite para nombrar presidente es el 4 de agosto, un mes exacto después del plazo en el que ya se tenía que haber presentado reglamentariamente un candidato. Aparentemente, El País se retrotrae a esa fecha para aplicar a partir de ella el artículo 29 del Amejoramiento: “Si transcurrido el plazo de treinta días naturales a partir de la primera votación ningún candidato hubiera sido elegido, el Parlamento quedará disuelto, convocándose de inmediato nuevas elecciones”.
Pero lo que pretende El País no es exacto, puesto que el 4 de julio era la fecha límite (incumplida) para presentar un candidato, no la fecha en la que se votó al candidato. ¿Cuál es ahora la fecha límite para que alguien, el que sea, presente candidato? Si ni hoy ni mañana se presenta alguno, la Presidenta encargará a los servicios jurídicos del Parlamento que establezcan una fecha (que forzosamente volverá a ser arbitraria) a partir de la cual dar inicio al cómputo de los 30 días. Naturalmente puede ser el día 4 de julio, como dice El País. O no. No han llegado al gobierno y ya han sumido las instituciones navarras en el caos.