En el discurso político de los partidos de izquierdas es un clásico echar la culpa del precio de los combustibles a las empresas, al capitalismo, a la OTAN o a Putin, por difícil que sea meter todo eso en un mismo paquete. Los fríos datos, sin embargo, nos hablan de una realidad muy distinta, incluso los propios datos del gobierno.
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El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico publica mensualmente un interesante informe con los precios de los combustibles, los precios sin impuestos y los precios con impuestos. Las cifras son incontestables y confirman el discurso de quienes afirman que el gobierno se está forrando con el precio de las gasolinas al mismo tiempo que nos asfixia a los ciudadanos. Como puede apreciarse en las siguientes gráficas, los impuestos (datos de febrero, último mes publicado) representan el 47,3% de lo que pagamos por la gasolina y el 43,2% de lo que pagamos por el gasóleo. De lo que pagamos TODOS. En la gasolinera no hay surtidores para pobres y surtidores para ricos. Todos pagamos lo mismo por cada litro que metemos en el depósito.
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En los gráficos que acaban de observar, se comprueba como efectivamente pagamos más del 40% en impuestos cada vez que llenamos un depósito de diésel y casi el 50% cuando lo llenamos de gasolina. Podría argumentarse que en algunos países de nuestro entorno todavía pagan más, de forma que por ejemplo en Alemania pagaban en febrero 1,79 el litro de gasolina por el 1,58 que pagamos los españoles. Ahora bien, si tenemos en cuenta que los alemanes pagan un 13% más por la gasolina, tengamos entonces también en cuenta que su salario medio es alrededor del doble. O sea, que comparativamente a sus salarios a los alemanes les cuesta mucho menos la gasolina, les resulta un esfuerzo fiscal menor pagar los impuestos y para llegar a fin de mes les queda mucho más dinero en la cartera que a nosotros tras pagar el combustible. Pero esto no es lo más llamativo ni escandaloso.
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Volviendo al principio y al discurso de lo malas que son las petroleras y lo bueno que es el gobierno, el anterior gráfico del RACE (Real Automóvil Club de España) pone de manifiesto un hecho fundamental, y es que de cada 50 euros que echamos al depósito, con las pequeñas oscilaciones porcentuales que pueda haber por los cambios de precio, por cada 1 euro que se llevan las malvadas y avariciosas petroleras el gobierno se lleva 25.
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Efectivamente, cuando decimos que de lo que pagamos por llenar el depósito el gobierno se lleva la mitad, hay que tener en cuenta que se lleva la mitad limpia. Para el gobierno, los 25 euros de cada 50 que se lleva son todo beneficio. Por el contrario, de los otros 25 que se queda la petrolera hay que descontar el propio coste de la gasolina o el gasóleo, su almacenamiento, transporte, distribución y comercialización. Al final, por cada 1 euro de beneficio de la “petrolera” el gobierno se lleva por la cara y sin haber aportado nada al proceso 25 veces más. ¿Quién es el gran beneficiario? ¿Quién es el gran responsable del encarecimiento de los precios? ¿Quién es el avaricioso? ¿Quién es el expoliador?
