Este pasado viernes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, estuvo presente tanto en Vitoria como en Pamplona, para defender la relativa pero certera libertad económica de la que los madrileños disfrutan, a diferencia del resto de españoles.
En el caso vascongado, se trató de un encuentro de centenares de empresarios que fue organizado por el PP vasco y que se libró, por suerte, de una gran algarada de las hordas pro-etarras que pretendían increparla y boicotear tanto el acto como su permanencia en esos lares alaveses.
Mientras, en el caso navarro, se trató de un acto del think-tank pro-mercado Institución Futuro. Esta aprovechó la coincidencia con su vigésimo aniversario de actividad para organizar este coloquio al que asistieron políticos del PP así como de UPN, incluyendo a García Adanero y Sergio Sayas.
Un placer recibir la vista de @IdiazAyuso en Navarra.
“ que nadie arrebate a Navarra su identidad”.
Con @GarciaAdanero pic.twitter.com/Bg2i3nArRX
— Sergio Sayas (@sergiosayas) April 8, 2022
La izquierda en general así como todo el entorno del nacionalismo vasco vomitaron bastante ante su decisión de pasar el Viernes de Dolores donde lo pasó. No pudieron contener su furia. Pero es que tampoco les gustó lo que propuso.
Ni siquiera al PNV (ese partido que ya no tiene nada de derechas, desde hace bastante tiempo, aparte de haber abjurado completamente de su lema Juangoikoa eta Lege Zarra (traducido al castellano como Dios y Leyes Viejas) le hizo gracia que apostase por rebajas fiscales.
Consideran que es una política que no solo acabaría con los llamados «servicios públicos», sino que también estaba fomentando la despoblación del resto de España (en otras palabras, la culpa de la situación de Soria o de Teruel es culpa de Lasquetty y Percival Manglano… bueno, igual es que no han sido capaces de culpar a Franco).
Aunque también es cierto que las Provincias Vascongadas y Navarra ya no son a día de hoy ninguna locomotora de crecimiento económico en España. Más allá de la competitividad fiscal, el liderazgo en atracción y creación de empresas lo tiene Madrid (de hecho, es interesante observar la situación de Málaga, donde se están ubicando muchas empresas del sector tecnológico).
De todos modos, no voy a entrar en demasiados detalles sobre las cuestiones económicas. Más bien voy a explicar por qué creo que, en connivencia con la izquierda de todo calado, el nacionalismo vasco (el lado jeltzale, que es el que igual sorprende más) está escupiendo sin piedad la idea de la foralidad.
La foralidad no es socialista ni estatista
Los fueros son una unidad de descentralización política y jurídica que forman parte de los cuerpos intermedios que definen a una sociedad orgánica, alejada de lo artificial. Normalmente estos están circunscritos a áreas geográficas concretas, aunque el individuo también tiene su fuero interno.
El fuero permite el desarrollo del principio de subsidiariedad, que evita que aquellos de orden superior se inmiscuyan en lo que es concerniente a aquellos de orden inferior. En este caso, hablaríamos de cuestiones políticas, entre las que estarían la aplicación y aprobación de leyes o los asuntos de «recaudación».
Puede obviarse, en base a lo anterior, que la subsidiariedad nada tiene que ver con el estrangulamiento de la sociedad orgánica en pro de una realidad centralizada que no deja de ser algo artificial, progresivamente problemático.
La subsidiariedad es la antítesis de cualquier clase de opresión o estrangulamiento. De hecho, el fuero es un concepto de descentralización, que ayuda a contener y limitar el ámbito de expansión de otros poderes de orden superior que pueden ser no menos problemáticos.
Ahora bien, ¿se ha vuelto Ayuso literalmente foralista? No ha hablado de ello. Tampoco se ha interesado por las boinas blancas. Pero se supone que la libertad y la centralización están bastante reñidas.
Con lo cual, puede decirse que no hay nada más foral que apostar por la competitividad, por dar libertad a familias y empresas, por aumentar los márgenes de ahorro, por facilitar la inversión y por respetar la propiedad privada.
Un comentario
La Comunidad de Madrid ha sido la gran aportadora a la solidaridad interterritorial. En 10 años, ha financiado a las restantes CCAA con más de 36.000 millones, el 43,35% de las transferencias al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos. Otras comunidades que aportan son Cataluña 15,21 y Baleares 3,14. Todas las demás reciben ¿Quién es la solidaria? Citar que a pesar de su nivel de renta y riqueza, la aportación de las comunidades forales de Navarra y el País Vasco a la solidaridad es nula, es decir, es simplemente inexistente.