Hay quien piensa que los datos van por un lado y la realidad por otro, pero pensar esto es casi una contradicción en los términos. Si los datos no van alineados con la realidad es que son otra cosa, no datos. O los datos reflejan la realidad o debemos cambiarles el nombre. Los que sí pueden ir por un lado son los medios o los políticos en el gobierno y por otro los datos.

Respecto a los datos, las cifras indican que en 2025 estamos ya en Navarra en 1,4 violaciones por semana. Es por esto que cuando trascendió la noticia de la manada magrebí de la semana pasada si algo podíamos saber es que pronto vendría la noticia de la próxima violación en Navarra. Efectivamente, una persona de origen sudamericano ha sido detenida por haber violado a una menor en un piso de Sarriguren.
Detenido un varón en Sarriguren por una agresión sexual a una menor de edad https://t.co/aGjjUZTGR4
— Diario de Noticias (@NoticiasNavarra) November 1, 2025
La noticia anterior, o mejor la acumulación de noticias anteriores, significan que ya está corriendo el cronómetro hasta la siguiente violación en Navarra. En las próximas dos semanas habrá 3 agresiones sexuales con penetración. Esto no ha sido siempre en Navarra así. Los datos, una vez más, nos revelan una verdad incómoda y silenciada. Casi se han triplicado las violaciones en Navarra desde 2017, no digamos si retrocediéramos en las estadísticas a los años 90. El cambio abrupto se ha producido sin embargo en los últimos años. ¿Qué ha cambiado tan de golpe en los últimos años? ¿Puede ayudarnos a entenderlo el perfil de los agresores o cerramos los ojos?
Pamplona
— Lucia Etxebarria (@LaEtxebarria) November 1, 2025
Si eres una chica trans y te asesina tu okupa marroquí no cuenta como asesinato. (El caso de Kayle Villar)
Y si eres una chica y te viola una manada de magrebis tampoco la izquierda va a tocar el tema.
Si esto es feminismo, si esto es izquierda, yo soy Sidney Sweeney
Todavía no se conocen muchos datos de este nuevo sospechoso de agresión sexual, pero en cambio ya tenemos casi todos los datos de la manada magrebí: ilegales, con antecedentes, con órdenes de expulsión y acampados en un asentamiento ilegal denunciado aunque tolerado por la autoridad municipal. O sea, que la agresión sexual, como tantas otras, se habría podido evitar. Se habría debido evitar.
🚨 Más de un centenar de inmigrantes irregulares duermen en los asentamientos callejeros de Pamplona
— El Debate (@eldebate_com) November 3, 2025
El alcalde de Pamplona minimiza lo sucedido en la carpa universitaria alegando «prudencia y discrección»
https://t.co/xIL0AxrMK2
Respecto a estos asentamientos ilegales, lo que ahora también conocemos es que han proliferado en los últimos tiempos en Pamplona y que hasta un centenar de irregulares sin techo los habitan. Cada día son más, por supuesto. Lejos queda aquel enero de 2024 en que los proxy de Bildu aseguraban que no había nadie en Pamplona durmiendo sin techo, aunque a los pocos días muriera de frío un indigente que pasaba la noche en un parque.
Apoyo Mutuo asegura que en Iruñea nadie duerme en la calle desde que Asiron es alcalde https://t.co/oSID6HAQgD
— naiz: (@naiz_info) January 4, 2024
📝 Lo cuenta @AritzIntxusta
El discurso oficial es que no hay ningún problema y que la inmigración descontrolada no crea problemas de seguridad, genera riqueza y no afecta a la demanda y precio de la vivienda. Hasta con las gafas de Pedro Sánchez salta a la vista que el discurso oficial es mentira.
Por lo demás la imagen de Pamplona se deteriora de forma alarmante cada semana que pasa. Los últimos titulares que ha merecido Pamplona no ya a escala foral sino nacional son que las ratas, que campan a sus anchas por toda la capital, que atacan a los residentes de los centros públicos de discapacitados, que hay manadas de violadores magrebíes, que proliferan los asentamientos ilegales de inmigrantes, y que las manadas de neoetarras desfilan como camisas negras sembrando de violencia las calles de la ciudad. Ahora vengan e inviertan, tenemos la fiscalidad más alta de España para tratar de animarles.
Como reflexión final podría añadirse que todos estos ilegales sin techo y en situación irregular no sólo generan focos de inseguridad, pobreza e insalubridad, sino que obviamente no aparecen en las estadísticas para afear los maravillosos datos de ocupación y empleo de los que presume el gobierno foral, y eso que incluso así, en relación a la población, son datos peores que los de la Navarra de 2007. A fin de cuentas sí que puede que los datos vayan por un lado y la realidad por otro, por otro lado peor.
Un comentario
El Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona se instituyeron en acusación particular contra «la manada» de los Sanfermines de 2016.¿A qué esperan para hacerlo contra la «ma nada magreví»? Y, de paso, ¿por qué no depuran sus propias responsabilidades por incumplir sus obligaciones legales de ejecutar las órdenes de expulsión
e impedir los asentamientos ilegales?.
Su inacción es tan elocuente como la pasividad de quienes les apoyan, tan hiperactivos en otros casos…