Entre 2022 y 2025, durante el chivitismo, la plantilla de la administración foral ha visto crecer el número de jefaturas de 1.724 a 1.824. Se ve que 1.724 eran muy pocas y que la solución era incrementarlas en un número redondo. Con las jefaturas pasa sin embargo como con los impuestos y los Presupuestos, no está claro hace tiempo que cuanto más pagamos y más crece la administración tengamos a cambio mejores servicios.
A este respecto conviene recordar el informe de LAB señalando hace unos años que 492 de las 763 jefaturas de sección y de negociado sólo en la Administración Núcleo, el 64%, carecían de justificación. El razonamiento de LAB (la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero) resultaba bastante tumbativo: ¿cómo va a ser alguien jefe en una sección unipersonal? Tampoco está claro que se encuentren justificadas el resto de jefaturas, pero desde luego parece evidente su cuestionabilidad en el caso de secciones unipersonales: “organizativamente no tiene sentido hablar de jefes si no se es jefe de nadie”.
Así las cosas, respecto a las jefaturas en la administación foral pocas cosas sabemos seguras salvo que son muchas y la mayor parte de ellas injustificadas, pero todavía podemos saber algo más. Así, por ejemplo, también sabemos que en tiempos de Barcos, cuando ya era evidente que había con esto un problema, se trató de establecer que las jefaturas intermedias de la administración se proveyesen mediante un concurso de méritos, cosa que no ha sucedido casi en absoluto. Según señala Diario de Navarra los sindicatos de la Administración foral indican que las convocatorias de jefaturas por concurso de méritos han brillado por su ausencia en los últimos cuatro años, siendo la elección ‘a dedo’ la práctica a la que ha recurrido la Administración foral en este tiempo. O sea, que ya sabemos tres cosas de la administación foral y sus jefaturas: que son muchas, que la inmensa mayoría están injustificadas y que casi todas se ocupan a dedo. Quizá no sea saber mucho, pero puede que bastante para entender por qué la administación crece y crece y cada vez cuesta más dinero mantenerla sin que por otro lado se aprecia ninguna mejora en la calidad del servicio.
