Si les empezamos a hablar así de sopetón de Andrea Fernández, casi seguro que no saben ustedes a quién nos estamos refiriendo. Para ponerles en contexto, por tanto, se hace necesario presentarla señalando que es la secretaria de Igualdad del PSOE además de diputada en el Congreso por León.
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Esto es el quién, con lo que ya podemos pasar al qué, que es lo que ha dicho esta diputada en sus redes sociales en relación con el aborto. Por su supuesto la diputada socialista está totalmente a favor del aborto y de la mujer abortante, pero lo novedoso del discurso, y por tanto lo noticiable, es el tratar de vendernos el aborto como algo que puede redundar en pro de la dignidad del abortado. Hay que reconocer que esto todavía no lo habíamos visto.
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Y aunque a algunos les parezca increíble, garantizar procedimientos para interrumpir el embarazo de manera segura, cercana y medicalizada protege la salud de la mujer y TAMBIÉN redunda en la dignidad del no nacido.
— Andrea Fernández. 🇪🇺 (@afernb) September 13, 2022
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Desde luego podríamos entrar a cuestionar el “humanitarismo” de que te maten con los guantes limpios o con un instrumental debidamente afilado o desinfectado, pero vamos, así de entrada lo humanitario, lo que se dice lo humanitario, sería que no te mataran. Es como si Putin te lanza un misil para matarte, pero un misil muy bien montado, muy bien encajado, cargado de un explosivo especialmente potente, que garantiza tu muerte de una forma particularmente eficaz. Sería lo que podríamos llamar un misil humanitario, y a Putin un benefactor. A tí te llamarían el beneficiado o el muerto, según el relato, como dirían las presentadoras de la ETB/diputadas de Bildu.
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Francamente no tiene mucho sentido entrar en el debate señalado, lo interesante en cambio es que la diputada del PSOE hable de la dignidad del niño abortado para justificarlo. Es decir, los tumores y excrecencias del cuerpo de la mujer por lo visto ahora tienen dignidad. ¿O acaso la diputada está reconociendo implícitamente que los abortados son seres humanos? Si la diputada habla de la dignidad de los niños abortados, está claro que no los considera algo así como un grano que la mujer se extirpa cuando aborta, pero si la premisa es que los niños abortados son seres humanos y por tanto tienen dignidad, el que no tiene dignidad es el que defiende el aborto creyendo eso.
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Por supuesto la diputada socialista plantea el aborto seguro para la abortante como una cuestión de salud para la mujer, partiendo de que se trata de la secretaria de Igualdad del PSOE no podría esperarse otra cosa. No obstante, si estamos en que el abortado es un ser humano y tiene dignidad, podría añadirse que es un ser humano con género. Por estadística la mitad de los abortados son niñas, pero es algo que se puede saber desde la décima semana de gestación. En realidad el género se determina mucho antes, pero es cuando podemos saberlo con las técnicas actuales. Si se trata de defender los derechos de la mujer, quizá la secretaria de Igualdad del PSOE debería interesase por el hecho de que unas 50.000 niñas indeseadas son eliminadas cada año en España. Por lo menos dejemos el cinismo de hacer como que abortar no es eliminar seres humanos, si por otro lado podemos determinar hasta su sexo antes de matarlos y defendemos que hay que matarlos con dignidad. No señora, lo que hay que hacer es salvarlos con dignidad.
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Un comentario
Estamos volviendo a la vieja costumbre de etiquetar las causas para señalar los enemigos a batir. Irene Montero decía estos días algo como “si estás contra el aborto no eres demócrata”, eso después de escuchar que el 56% de los españoles no comparten su ley. Es la vieja historia del “antifascismo”. La Segunda República luchaba contra el fascismo, y a la vez Largo Caballero decía que en España no había fascismo o era insignificante. Stalin pregonaba la lucha antifascista, pero luego se alió con Hitler para invadir Polonia que era democrática. La Alemania nazi utilizaba el anticomunismo y la URSS el antifascismo. Ahora la lucha es contra los «antiabortistas», “antiglobalistas”, “antifascistas” «(este es el comodín de casi todo, válido para todo aquel que no piensa como ellos). En cuanto les lleva la contraria o no comulgas con sus imposiciones aparece un “ANTI”, que señala un objetivo a batir y marginar, muy demócratas, siempre y cuando pienses como ellos. Ya no digamos nada si nos vamos al nacionalismo excluyente (anticatalán, antivasco, maqueto, españolista, botiflers, etc.). Es en suma “señalar al chivo expiatorio” para normalizar el ataque a quien no comparte su ideología.