Empezando por el final, pues menos mal que la izquierda dice que defiende a la mujer. Las violaciones con penetración se han multiplicado por 4 desde 2017, por 3 desde que Sánchez está en el poder. A los hombres sospechosos de poder agredir a sus exparejas se les colocan pulseras que fallan más que la oratoria de Yolanda Díaz. A los violadores, la ilustre jurista Irene Montero les ha regalado una ley sueltavioladores. Parece que con las mamografías también en las comunidades gobernadas por la izquierda hay algún problemilla. Y ahora el Consejo General del Poder Judicial confirma que las diligencias judiciales por violencia de género siguen creciendo y creciendo. Y eso que cada vez que cada vez el franquismoy los valores tradicionales quedan más lejos.

Cuando las violaciones con penetración en España han pasado de 1.387 en 2017 a 5.206 en 2024, o sea que se han multiplicado por 4, no deja de resultar llamativo que la preocupación del gobierno de España, el más feminista del universo, sea el cambio de hora. ¿Dónde están las feministas? ¿Hay alguna plataforma feminista que no cobre dinero público del gobierno? A lo mejor por eso las violaciones se pueden triplicar o cuatriplicar sin que las plataformas feministas digan nada al respecto ni se pregunten por las causas de este extraño fenómeno. ¿A nadie se le ocurre qué puede haber cambiado en España en los últimos años para que suban tanto las violaciones? ¿A cuánto asciende la subvención por no preguntárselo?
España alcanza máximos históricos en delitos sexuales: los extranjeros cometen CINCO VECES MÁS que los españoles. pic.twitter.com/BXW4HEvB9p
— El Toro TV (@eltorotv) October 21, 2025
Si el hecho decisivo a la hora de votar fuera ser mujer, la izquierda tendría un problema con eso. La diferencia entre la realidad y su discurso es un abismo. Claro que la izquierda siempre tiene un pequeño gran problema entre su discurso y los resultados de su recetario en el mundo real. Si juzgamos a la izquierda por los resultados y no por su relato, no habría mujeres, autónomos o empleados que votaran a la izquierda. El desastre al que lleva siempre la izquierda a un país no suele ser demasiado selectivo por géneros. Todo el mundo acaba afectado por la devastación. Todo el mundo tiene problemas al final con la obsesión de la izquierda por no construir más vivienda, o por no priorizar el precio de la energía sobre la ideología, o por la inseguridad importada, o por no poder comprar un coche por culpa de una agenda política, o por los impuestos, o por el empobrecimiento que provoca una inflación consecuencia de la impresión de billetes para comprar deuda pública. La izquierda lleva gobernando desde 2019 pero el paraíso se retrasa. La culpa será de la oposición. Por lo menos, eso sí hay que reconocerlo, con este gobierno ya no hay corrupción ni prostitución.

A todas las mujeres les afecta obviamente todo lo anterior, así que normal que la izquierda se esfuerce por encontrar un relato en el que haya que votar a la izquierda pase lo que pase, sólo por ser mujer. Volviendo a los datos del CGPJ, la evidencia es que cada vez hay más violencia contra la mujer. En el detalle de esos datos no es un asunto irrelevante que el 40% de la violencia contra la mujer en España tenga como protagonistas a personas de nacionalidad extranjera, ya sea como victimarios o como víctimas. No es naturalmente que todos los extranjeros sean malos, ni mucho menos, pero algo habrá que hacer específicamente con los extranjeros que no vienen a adaptarse, o que causan problemas, o que ya vienen de cometer delitos en sus paises de orgien. Esta es una realidad a la que es tabú referirse. Ahí están de todos modos los datos del CGPJ recién publicados, Del otro 60%, por otra parte, habrá un número no despreciable de personas con nacionalidad española pero origen extranjero. No puede decirse, pero así son los números.