Reflexionar sin más sobre el incidente entre Bertrand Ndongo y Antonio Maestre podría parecer un descenso a la trivialidad y lo anecdótico, pero hay más mar de fondo del que parece bajo este asunto. Es decir, por una lado tenemos la superficie del asunto, en la que un negro de dos metros le invita a un activista pequeñito a que le lance el micro, como ha hecho y ha presumido con los micros de otros reporteros menos forzudos. Pero hay mucho más en juego de lo que parece si atendemos al fondo.
Ha denunciado Antonio Mestre ‘insultos, acoso, hostigamiento y golpes” por mi parte minutos antes del vídeos que ya habéis visto todos.
— Bertrand Ndongo (@bertrandmyd) May 22, 2025
Lo que no sabía el pluma pan mojao, es que el ‘primate’, lo tiene todo grabado
Aquí lo tienes @AntonioMaestre
¡Deja de hacer el ridículo! pic.twitter.com/Y6MMuYHPwj
Siguiendo en la superficie del asunto, tenemos a Ndongo provocando a Maestre, pero tenemos a Maestre siendo quien claramente inicia y continúa la agresión contra Ndongo. Interesa señalar este hecho porque siendo Maestre el agresor intenta presentarse como el agredido, frente a la evidencia de las imágenes. Tampoco es que la evidencia de las grabaciones evite que los medios sanchistas suscriban en masa la versión de Maestre no ya frente a la de Ndongo, sino frente a lo que puede ver todo el mundo. Si por otra parte Ndongo efectivamente hubiera largado un guantazo a Antonio Maestre, este todavía estaría volviendo de Pernambuco.
Antonio Maestre agrede a Vito Quiles: "Tú sigue grabando. A tu puta casa subnormal".
— Alt Right España 𝕏 (@AltRightEspan) January 14, 2025
Estos son los que te dan lecciones luego. Hay que ser peores que ellos. pic.twitter.com/KlIQz7a1Xo
Desde luego cabe cuestionar la forma de actuar de reporteros como Ndongo, Vito Quiles o Negre, pero entonces nos debemos cuestionar también la forma actuar de Caiga Quien Caiga, El Intermedio o los reporteros de Red. Podemos añorar un periodismo más formal, pero o para todos o para ninguno. Lo que no puede pretender la izquierda es un periodismo formal para ella y un periodismo gamberro para el resto. Eso sí, frente al periodismo gamberro lo que vemos en los afectados de la derecha es que aguantan el chaparrón y mantienen las maneras, mientras que frente a ese mismo tipo de periodismo los afectados de la izquierda incurren en la agresión, el insulto y el lanzamiento de micro. Pero dejemos la superficie y vayamos ahora sí al fondo del asunto.
‼🇪🇸 | Pablo iglesias actúa como un matón y le lanza el micrófono a Vito Quiles (@vitoquiles) cuando le pregunta por los casos de acoso dentro de Podemos. pic.twitter.com/obMtgdN7dF
— EDATV (@edatvoficial) April 8, 2025
Sarah Santaolalla llama "gorila con micro" a Bertrand Ndongo.
— Guaje Salvaje (@GuajeSalvaje) May 20, 2025
No es periodista, pero ser pareja de Javier Ruiz la capacita para "informar" al servicio de Moncloa.
Como es de izquierdas, no la despedirán por el insulto racista y encima la contratará RTVE.pic.twitter.com/iKg01OCaP8
🇪🇸 | El momento en el que la pseudoperiodista Ana Pardo de Vera le tira el micrófono a Bertrand Ndongo y lo insulta: «Cógelo como gorila». pic.twitter.com/ybEqChIHre
— ʜᴇʀQʟᴇs (@herqles_es) January 8, 2025
El fondo del asunto es la libertad de prensa que tanto odia el sanchismo. Decíamos que se pueden cuestionar las maneras y procederes de reporteros como Ndongo, pero es que a los periodistas tradicionales, formales, educados y que limitan su actividad a las salas de prensa sin importunar en la calle a los políticos, resulta que el sanchismo, si no son sanchistas, no les permite hacer preguntas en las ruedas de prensa. Es decir, que es el propio sanchismo, que tanto se queja de los Ndongo o Quiles de turno, el que provoca la existencia de este tipo de periodismo, porque impide el periodismo tradicional y veta las preguntas incómodas a los mandarines sanchistas.
Ana Martín: "Se me niega la palabra sistemáticamente en el Consejo de Ministros por trabajar para El Debate. Llevo cuatro o cinco meses sin poder preguntar" pic.twitter.com/FTv0VbV9ej
— ViOne (@viOnemedia) May 20, 2025
Por lo demás, a lo que asistimos una vez más es a que la reacción del sanchismo consiste, como siempre, en un nuevo ataque a la libertad. De lo que se trata es de quitar las acreditaciones a todos los periodistas molestos, igual que de lo que se trataba en otras ocasiones era de señalar a tuiteros, de atacar redes sociales o de cancelar medios críticos digitales. Una vez más también el sanchismo parece incapaz de concebir un mundo en el que ya no esté en el poder, y en el que haya legitimado a un nuevo gobierno para acreditar y dejar hacer preguntas sólo a los medios que quiera, o a tirar el micro a todos los periodistas incómodos llamándolos ultraizquierdistas. El sanchismo pasará a la historia como un período color negro Ndongo para la libertad de prensa.