Cuanto más cede Sánchez a los separatistas, más ultraizquierdista tiene que volverse

Pedro Sánchez ya habla lo mismo que cualquier podemita y el discurso podemita es el de los chavistas, el de los kirchneristas y en general el del socialismo tercermundista. Hace unos años el propio Sánchez afirmaba que el destino del populismo podemita era la cartilla de racionamiento. Hoy Sánchez abraza ese mismo populismo haciéndolo suyo por completo. El populismo podemita, por otro lado, no lleva sólo a la cartilla de racionamiento de Venezuela, lleva también a la dictadura de Venezuela. Todo forma parte del mismo proceso. Llegado el momento se defenderá la cartilla de racionamiento como una forma de garantizar la igualdad alimentaria. Pero hay una lógica política evidente en todos los pasos que da Sánchez y la deriva podemita anunciada ayer no es una excepción a la norma.

No es casual que Sánchez anuncie una batería de medidas de corte ultraizquierdista justo después de haber prometido a sus socios separatistas un concierto catalán. Los separatistas justifican sus pactos con Sánchez mostrando todas las concesiones que le arrancan en el campo de la soberanía. Para justificar sus pactos con el separatismo, por su parte, Sánchez tiene que mostrar ahora una lista de medidas extremistas a sus bases izquierdistas. Sólo así les puede vender su asociación con los nacionalistas.

Ayer Sánchez desplegó todos los mantras más radicales de la izquierda furibunda, anunciando un programa de corte absolutamente neocomunista. Más impuestos. Persecución a los ricos y a las empresas. Demonización del sector privado. Híper regulación de todos los sectores. Control de precios. Planificación de la economía. Sólo le faltó anunciar unas cuantas expropiaciones y nacionalizaciones para cerrar por completo su asimilación del chavismo.

El hecho sin embargo es que cualquiera que vea cuáles son los países más pobres del mundo comprobará que no son aquellos en los que hay más Lamborghinis. Mozambique no es un país pobre porque hay demasiados Lamborghinis. Navarra no es más rica que Extremadura porque hay más Lamborghinis en Extremadura. O sea, el problema no es acabar con los Lamborghinis.

El enemigo tampoco son los Carrefour o los Mercadona. Una vez más, la gente no llega en patera huyendo de países llenos de Carrefoures o Mercadonas. La gente huye de la miseria viniendo a países en los que abundan los Carrefoures y Mercadonas. El PSOE y los podemitas hablan de las empresas como si los países pobres fueran aquellos en los que hay más empresas. Como si en los países en los que no hay empresas se disfrutara de unos niveles de riqueza y prosperidad inusitados. No hay ningún país que se haya hecho rico echando a las empresas y persiguiendo a los empresarios. La izquierda vive con unas gafas ideológicas de madera en un mundo distorsionado e imaginario.

La regulación de precios provoca escasez y la impresión de dinero genera inflación. Pedro Sánchez, sin embargo, abraza ahora el tipo de discurso que ha llevado a la miseria a Argentina y Venezuela. Afortunadamente Pedro Sánchez no tiene la capacidad de imprimir billetes, pero tiene la capacidad de endeudarse con los billetes que imprime el BCE, lo que viene a ser prácticamente lo mismo. La gente se piensa que los precios han subido en los últimos tiempos porque han subido las cosas, sin darse cuenta de que lo que ha sucedido es que ha perdido valor el dinero, como resultado de muchos años de una política monetaria irresponsablemente expansiva.

Para facilitar el acceso a la vivienda, hace falta construir más vivienda y proteger a los propietarios. Si tienes 10 casas y 20 familias vas a tener escasez de casas aunque intervengas los precios o expropies las casas. Para empezar tienes que construir 10 casas. Si construyes 15, puede que hasta tires los precios. Pero para eso tienes que empezar por dejar de estigmatizar al sector del ladrillo. Si además persigues a los okupas y proteges a los propietarios, puede que la gente vuelva a poner en alquiler los pisos vacíos con beneficio para todos, inquilinos y propietarios. Si algo no falta en el sector de la vivienda es precisamente regulación e intervención gubernamental No sólo es que el planteamiento teórico sea evidente, es que a la vista están los resultados prácticos de apostar por una política u otra.

¿Quiere el PSOE un estado del bienestar poderoso? Pues que mire a los países que lo tienen, a ver cómo lo han conseguido. Da igual que tomemos el caso de Suecia, Dinamarca, Alemania o Finlandia. Para tener un estado del bienestar potente, tienes que tener un sector privado todavía más potente que lo financie. La izquierda quiere destruir el sector privado, en vez de construir un sector privado lo bastante potente como para poder sostener un estado del bienestar sostenible.

Respecto a los impuestos, pareciera que el objetivo de Sánchez es un modelo con impuestos del 100%. El mejor gobierno es por lo visto el que tiene los impuestos más altos. El gobierno que no tiene los impuestos más altos y los baja al 95% hace dumping al que los tiene al 99% y es un insolidario. La lógica sanchista es tan perversa como ridícula. Volviendo una vez más a países como Suecia, Dinamarca o Alemania, no son ricos porque tienen impuestos elevados, tienen impuestos elevados porque son ricos.

Puesto que es un asunto al que también ayer se refirió Sánchez, merece la pena una pequeña reflexión sobre los llamados fondos buitres, porque los políticos del perfil de Sánchez no son los peores enemigos de los fondos buitres sino su presupuesto necesario. ¿Qué son los fondos buitre? Fondos que arriesgan más que los fondos tradicionales intentado obtener rentabilidades superiores a los fondos tradicionales. Para ello, los fondos buitre asumen inversiones poco ortodoxas o acuden a sectores y países con riesgos que los demás fondos evitan. Cuando al frente de un país se encuentran personajes como los Kirchner, Maduro, Correa o Sánchez, sólo acuden a invertir allí fondos buitre. ¿Quién si no fondos buitre de alto riesgo invierte en deuda de países como los presididos por los citados? Los fondos buitre prosperan alrededor de este tipo de personajes y su discurso. Tras nacionalizar y arruinar cualquier sector, este tipo de políticos vuelven a privatizarlo en busca de ingresos para el estado, pero ningún fondo normal acude a esa compra por el riesgo de que mañana vuelva a haber una expropiación. A ese tipo de países y privatizaciones acuden los fondos buitre en busca de precios de derribo. La relación entre la izquierda y los fondos buitre es similar a la de la izquierda con Desokupa. La odian, pero al mismo tiempo la promueven favoreciendo a los okupas. En un estado que protegiera a los propietarios, sería innecesaria Desokupa. De igual modo los fondos buitre revolotean en círculo los países gobernados con políticas como las que Sánchez está propugnando.

Lo bueno es que realmente no está claro que Sánchez pueda poner en marcha ninguna medida del tipo que está anunciando. No tiene la mayoría para ello. Un partido como Junts, recién anotado el concierto catalán como una medalla a ERC, no tiene un estímulo especial ahora mismo para aprobar un programa bolivariano. El PNV seguramente tampoco. Pero algo tiene que anunciar Sánchez a sus bases izquierdistas para justificar sus cesiones a los separatistas y el descuelgue de Cataluña de la solidaridad interterritorial. La coartada de Sánchez ante sus bases es que los pactos con los nacionalistas permiten que no gobierne la derecha y que se pueda aplicar en España una política izquierdista de particular intensidad, tanto o más radical cuanto más importantes son las cesiones a los separatistas. Como las cesiones a los separatistas están siendo abrumadoras, Sánchez tiene que comparecer ante las cámaras anunciando políticas que dejarían a Mao como un simpatizante de VOX.