Deber ser maravilloso ser izquierdista. O sea, si eres izquierdista los tuyos nunca te decepcionan. Nunca son un poco menos excesivos de lo que esperas. Nunca se quedan un poco más acá de lo que podría temerse. Sirva de ejemplo lo que ha pasado con la renovación del Tribunal Constitucional y lo que sucede ahora con el aborto.
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Tras años y años en el limbo constitucional, parado en un cajón, el recurso del PP contra la ley de plazos de Zapatero ha sido puesto encima de la mesa en cuanto se ha conformado en el Constitucional una mayoría de progreso. La diferente actitud de la izquierda y la derecha salta a la vista. El PP evitó tener que mancharse con este asunto dándole la patada hacia arriba mediante el recurso de inconstitucionalidad. Pero la mayoría “conservadora” no aprovechó su preeminencia para tumbar la ley de ZP y establecer unos criterios provida. Como todo asunto polémico al que se enfrenta, el PP no quiso enfrentarse a la mayoría mediática y cultural de la izquierda. O el asunto se solucionaba por consenso o dormía el sueño de los justos. Entretanto cada año cien mil niños eran sacrificados, pero ninguno con derecho de voto. Ha pasado tanto tiempo y el PP ha mimetizado tanto su posición con la izquierda para no dar la batalla que los populares ya dan el debate por zanjado y abrazan sin conflicto moral alguno la ley de plazos. Para cuando se resuelve el recurso resulta que el recurrente ya se identifica por completo con el recurrido.
Feijóo acepta la ley de plazos del aborto que el PP recurrió hace 12 años https://t.co/NAvEAcqQk1 a través de @el_pais
— Maria Josefa Garcia Elbal – Republicana y Podemita (@mariajo15627956) January 19, 2023
Otra cosa es la izquierda. En cuanto se ha hecho con la mayoría del TC lo primero a por lo que ha ido es a por el aborto. La izquierda para reescribir todo a su medida no espera consensos. Si tiene el poder de hacerlo lo hace. A veces hace las cosas incluso desbordando la legalidad. Todos los complejos que tiene el PP se convierten en la izquierda en seguridad y prepotencia.
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Así las cosas no hay esperanza ninguna con el nuevo Constitucional respecto a la ley del aborto. En realidad tampoco la había con el Constitucional anterior, aunque quizá quisiéramos engañarnos. De hecho el PP y el PSOE, lejos de discrepar en este asunto, lo que acaban de pactar es un protocolo para que nadie pueda volver a tener una ocurrencia como ofrecerle escuchar el latido del feto o ver una ecografía a la embarazada.
El #PP respalda la enmienda del #PSOE a su propia ley de #Aborto para impedir la información del latido fetal #SiALaVida #UnLatidoUnaVida #NoAlAborto #DerechoAVivirhttps://t.co/DQsF44X7It a través de @relibertad
— MCarmen Zavaleta (@CarmenZavaleta1) February 3, 2023
Sin esperanza alguna sobre el fondo de la cuestión, no obstante, resulta reseñable la negativa de Conde Pumpido y otros dos magistrados de la mayoría izquierdista para abstenerse de pronunciarse sobre la ley del aborto. El motivo es que no se puede esperar de ellos la imparcialidad y objetividad mínima exigible sobre este asunto, ni siquiera la apariencia de la misma, puesto que es algo sobre lo que ya se han pronunciado reiteradamente en público. Su voto por tanto ya está escrito. A que una sentencia esté escrita de antemano al proceso sólo se le puede llamar una farsa de juicio. De hecho una magistrada conservadora sí se ha abstenido y Pumpido y los otros dos magistrados han sido recusados. Obviamente Pumpido y los otros dos magistrados desprecian su recusación porque en la nueva realidad institucional de Pedro Sánchez tienen un poder prácticamente absoluto. El mensaje al mundo con la ley del aborto es que además van a usarlo.
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Un comentario
Si utilizamos el lenguaje que ellos imponen salimos ya al debate con desventaja. No son progresistas, son comunistas, no son mayoría progresista, son mayoría comunista, no son jueces progresistas y jueces conservadores, son jueces comunistas y jueces independientes. No les demos la ventaja de elegir las palabras a usar. Al enemigo, ni agua.