1- No los meten en las listas por ser el tipo que mas sabe de contrataciones púbicas o de derecho administrativo, sino por haber sido terroristas. Su único merito son los tiros en la nuca que pegaron o los coches bomba que pusieron. Meten además en las listas a terroristas con delitos de sangre, para que no quede ninguna duda sobre su intención. Para llegar hasta la campanilla. Para que el que quiera tragar, se lo tenga que tragar todo hasta el último centímetro.
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2- Si cuando los terroristas sin arrepentir salen de la cárcel los metes masivamente en una lista electoral es un argumento a favor de la cadena perpetua y quizá para alguno incluso de la pena de muerte. Como poco, los terroristas deberían quedar inhabilitados a perpetuidad para estar en la lista de un partido político. Que estén en la lista porque han cumplido su pena no es un argumento a favor de que estén en la lista, es un argumento en contra del sistema de penas.
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3- La línea no es como dice Pablo Iglesias entre demócratas y no demócratas (metiendo a Bildu entre los demócratas), sino entre quienes aprueban matar a sus rivales políticos y los que no. La raya superada es pasar de un escenario en el que sólo se pacta con quienes no aprueban el asesinato de sus rivales políticos a un escenario en el que se puede pactar con quienes aprueban el asesinato político siempre que sea de rivales comunes con los asesinos.
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4- Qué no se diría del PP o de VOX si metiera en sus listas a 44 maltratadores o a 44 asesinos de mujeres que hubieran sido excarcelados. O a 44 condenados por corrupción. O a 44 policías torturadores. No digamos si el PP o VOX eligieran como líder perpetuo a un sujeto condenado por secuestro. Aunque en sus estatutos, por imperativo legal, hubieran tenido que expresar que rechazan (pero no condenan) el secuestro, el asesinato de mujeres, la tortura o la corrupción. De hecho meter a 44 condenados por terrorismo en sus listas es la forma de escupir sobre el rechazo que, para legalizarlos, se les obligó a incluir en sus estatutos.
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5- Decir que es un éxito de la democracia es como decir que si un partido mete a 44 violadores en sus listas, o a 44 condenados por corrupción, o a 44 condenados por pederastia, o a 44 miembros del Ku Klux Klan, es un éxito de la reinserción
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6- Las listas son un ongi etorri electoral que Bildu le hace a ETA. Ya no solo se les recibe con flores y aurreskus en las calles, también se les recibe con flores y aurreskus en las listas electorales
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7- No estamos ni remotamente cerca de haber acabado con la violencia, porque no se ha producido una evolución moral ni crítica hacia el uso de la violencia por parte de quienes la practicaron. Estamos solo ante una parada estratégica. De hecho sigue habiendo un grado de violencia contra los no nacionalistas y una cancelación social de los no nacionalistas porque sigue existiendo una violencia latente, que se manifiesta en que se señale al hijo de Iturgaiz, en que se le de una paliza a un estudiante en la UPV, en que sólo los abertzales puedan realizar actos políticos en lugares como Alsasua, en que la gente no pueda ir a un mitin de cualquier partido en cualquier parte sin ser acosada o sin que le tiren piedras, en que en el Sadar sólo haya ikurriñas o en que en muchas localidades sólo Bildu pueda presentar candidatura.
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8- Estamos desenterrando muertos y cambiando nombres de calles y quitando símbolos por un lado en nombre de la memoria y llenando las listas electorales de delincuentes vivos en nombre del olvido.
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9- Bildu no está tratando a los etarras como a delincuentes reinsertados, sino que están sosteniendo o aceptando el discurso de que son personas que fueron injustamente condenadas, que actuaron legítimamente, que son presos políticos, que merecen reconocimiento y reparación por haber sido condenados, y en ultimo termino que sus actos violentos estaban justificados. Porque si sus actos no estaban justificados, todo lo anterior cae por su peso.
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10- No es que en las listas de Bildu haya etarras no arrepentidos, es que sólo meten en las listas a etarras no arrepentidos. A quien se veta no es a quien ha ejercido la violencia, sino a quien ha hecho autocrítica hacia ella. Para que quede clarito. Para que quienes hoy tienen la necesidad de defenderlos para justificar sus pactos con ellos tengan que perder su dignidad y hacer el ridículo. Para que se vea quién ha llevado a quién a su campo. Para que se vea quién tiene el mando.
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Un comentario
Ante tanta perversión sólo se me ocurre pensar en lo que decía Dostoyevski: «Llegará un día que la tolerancia será tan intensa, que se prohibirá pensar a los inteligentes para no molestar a los imbéciles» Hace tempo que se rebasó ese día, pero esto es la gota que colma el vaso: los asesinos candidatos políticos en un Estado de derecho. Una «autonomía» que contempla esto sin rasgarse las vestiduras, es una sociedad enferma, una sociedad a la que la han inoculado el veneno del separatismo, del odio, de la negación de la convivencia. Un gobierno que lo consiente es porque ha creado las bases para su destrucción. Una destrucción que hace años comenzó, pero que ha llegado a su momento más álgido con Sánchez.