No resulta ya debatible que Sánchez y Chivite se aferran desesperadamente al poder. En un país desarrollado y democrático, por mucho menos de lo que ya se ha publicado respecto a ello,s dimite cualquier líder político respetable, no ya por ser culpable, sino para evitar cualquier sospecha sobre la institución que representa. Una presidencia no puede quedar bajo sospecha durante todo el plazo que se extiende hasta que se resuelve un caso ante la justicia, siendo a menudo ese plazo más largo que la propia legislatura. Las responsabilidades políticas se asumen antes que las judiciales precisamente por esto. Dimitir no significa ser culpable (ni inocente), sólo proteger a las instituciones frente a las sospechas que se abren en los frentes judiciales. En los países ejemplares se dimite ante la mera sospecha por ese motivo.
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Por el contrario, ¿qué motivo puede tener un dirigente político para aferrarse al poder? Pues precisamente el saberse culpable y el pensar que desde el poder y usando los resortes del gobierno o la mayoría parlamentaria puede intentar buscar la impunidad, reformando las leyes o atacando a los jueces y policías que lo investigan, persiguiendo también a los medios que lo denuncian. Las dimisiones por responsabilidad política no sirven por tanto sólo para proteger la imagen de las instituciones, sino también para evitar el riesgo de tener a un tirano incubándose en el gobierno.
‼️ÚLTIMA HORA: BOMBAZO de @teresagomezgp en #EBDT_15S: En las próximas semanas el juez Puente imputará al PSOE como persona jurídica.
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La UCO ha entregado al juez indicios sobre donaciones de Ábalos y Cerdán: dinero desviado de comisiones mediante apaños públicos y donaciones que… pic.twitter.com/sMqQY6KXre
¿Cuál es entonces la excusa de Chivite o de Sánchez para aferrarse todavía al sillón? A estas alturas nadie puede negar los indicios y los casos de corrupción que se acumulan a su alrededor y que no sólo justifican sino que exigen pedir su dimisión. Queda ya inutilizada por tanto la vía de intentar negar la mayor. Tenemos derecho a no vivir bajo la duda de cuánto sabían Sánchez o Chivite de toda la corrupción que tenían alrededor. Tenemos derecho a no temer que quienes están al frente del gobierno sean los jefes de la trama de corrupción. ¿Pueden alegar entonces que se aferran al poder para evitar la llegada de la derecha al poder? Esto tampoco es verdad.
Tenían al hermanísimo escondido en el trastero como a Hugo Simpson y quieren que se hable de Palestina. https://t.co/oK9683QpoA pic.twitter.com/jKtdIYyPgf
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Existen al menos dos maneras de que Chivite o Sánchez asuman sus responsabilidades políticas sin tener que entregar el poder a la derecha. Pueden ser ejemplares sin entregar el gobierno a la derecha. En primer lugar podrían convocar elecciones. Esto no es entregar el gobierno a la derecha sino entregar la palabra al pueblo español o navarro. Sería después el pueblo español o navarro el que decidiera si entrega el gobierno a la derecha o a otros líderes socialistas que no estuvieran bajo sospecha.
📸 La foto que sentencia a Chivite: así posó con el socio de Cerdán en otras VPO adjudicadas a la trama
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En segundo lugar, Chivite o Sánchez podrían dimitir sin convocar elecciones, devolviendo al Congreso o al Parlamento de Navarra, con las actuales mayorías, el deber de nombrar a un nuevo presidente o presidenta.
Si Sánchez y Chivite se aferran al poder pese a todo lo que ya se conoce respecto a ellos y su entorno no es por tanto para defender su programa o para evitar la llegada al gobierno de la derecha, sino por puro y duro interés personal. ¿Y en qué puede consistir además este interés personal? En el mejor de los casos en mero amor al poder, y en el peor el saberse culpables y estar pensando en usar el poder para evitar la acción de la Justicia. No les quedan opciones honorables para no dimitir.