El punto no va de Gaza, que hoy se levantará con la misma guerra de ayer, ni de parar la Vuelta, esto va del juego de poder en España. En parte es también una cortina de humo sobre todas las cosas que con el sanchismo están funcionando mal en España o de la corrupción del PSOE. Al añadirse el factor de la violencia política, sin embargo, ampliamos la ventana de Overton hasta el punto de dejar de hecho en manos de los escuadristas de la izquireda el permiso para hacer cualquier cosa. En este caso la Vuelta a España, pero podría ser cualquier otra cosa. Sólo se celebrarán competiciones deportivas con el permiso de Ione Belarra. Quien dice competiciones deportivas puede decir presentaciones de libros, conferencias o eventos de todo tipo. Esto ya es dictadura. No hay acto público al quea Belarra le pudiera faltar una etiqueta para justificar el envío de un comando de escuadristas a boicotearlo. Si aquí se puede hacer algo sin que te agredan será porque lo apruebe Belarra. La verdad es que Sánchez tiene un auténtico chollo con Belarra, Montero y compañía: le mantienen en el poder haga lo que haga, se descubra la corrupción que se descubra, y encima le proporcionan cortinas de humo y le proporcionan escuadristas para incendiar las calles si surge la necesidad.
Las palabras de Sánchez mostrando su admiración por los reventadores de la Vuelta nos retrotraen a los tiempos de Xabier Arzallus y la división del trabajo entre los que agitaban el árbol, los etarras, y los que recogían las nueces, el PNV. Sánchez ha encontrado en sus socios podemitas los violentos que agitan el nogal cuyas nueces le apetece tomar de postre a Sánchez en Moncloa a la hora de la cena. Hubo 22 policías heridos en los incidentes jaleados por Sánchez. Fueron 22 policías pacíficamente heridos por boicoteadores pacíficos. Igual que le puedes etiquetar a Kirk como fascista sin serlo, les puedes etiquetar como pacíficos a los reventadores de la Vuelta con la misma desfachatez.
Imaginemos que lo mismo que se jalea a un grupo organizado de reventadores para boicotear un evento deportivo, o de cualquier otro tipo, se convoca al mismo tiempo a otro grupo de gente que sí quiere que se celebre ese acto. El sanchismo está llevando la polarización al siguiente nivel con este tipo de actuaciones y declaraciones. Cuando ya no estamos sólo en volver a las dos Españas, sino en volver además a una parte que decide no tolerar la existencia de la otra que piensa distinto, sólo hay dos alternativas: o la existencia de dos Españas en conflicto o la división entre una España sometida y otra opresora, como en Alsasua. Alsasua y su txabalada es el modelo de “convivencia” que esta gente siempre ha querido exportar al conjunto de España. Un modelo imposible sin una cierta dosis de violencia incluida en el marmitako.
Parece sólo que la extrema izquierda ha decidido que aquí no se corre la Vuelta y punto, y es cierto, pero es mucho más que eso. Se les ha concedido el derecho al veto, el requisito de tener que pedir su permiso para supervisar qué cantante va a ser contratado para un concierto, qué equipo participa en una competición, qué jugador ficha un equipo, qué escritor presenta un libro… y lo van a aprovechar. Una carrera ciclista les da lo mismo. En realidad no quieren normalizar su violencia para reventar una carrera sino para ir mucho más allá.
El logo de toda esta gente violenta que no soporta la pluralidad ni la libertad y que insulta a los asesinados por los suyos es un corazón. Levantan un muro contra los que no piensan como ellos y después pretenden que el discurso del odio es de los del otro lado del muro divisor. Es la clase de gente que lleva a un país a una guerra civil y después lamenta las consecuencias si resulta que la pierde.
En realidad todo esto que está pasando ahora no sólo era previsible sino que efectivamente lo anunciamos. Ese análisis ya lo hicimos hace años. Es la consecuencia lógica e inevitable del pacto con Batasuna y los golpistas prófugos de la justicia. Para reducir el desgaste por pactar con ellos tienes que convertir a la oposición en algo peor que ETA. Blanquear a ETA y polarizar el país hasta desgarrar la convivencia es la consecuencia lógica por tanto del pacto con Batasuna. Esta polarización guerracivilista, además, le viene perfecta a Sánchez para evitar el desgaste por su corrupción, porque el mecanismo de convertir a la oposición en algo peor que la ETA también la convierte en algo peor que la corrupción. Cuanta mas corrupción, más polarización. Mejor la ETA que la derecha. Mejor la corrupción que la derecha genocida. Mejor una dictadura blanda de Sánchez que la derecha. Mejor una dictadura dura de Sánchez que la derecha. La izquierda necesita una derecha criminalizada para justificar sus actuaciones. La abanderada de esta criminalización de la oposición es ahora mismo RTVE, para eso la ha colonizado el sanchismo con las figuras mas sectarias que ha podido encontrar en el resto de parrillas del panorama mediático nacional. Haciendo desfilar a sus escuadristas por la calle, que es lo que realmente ha sido el boicot a la Vuelta, simplemente demuestran su capacidad para elevar la crispación a un nivel más.
