No me disparen, soy woke

El asesinato de Charlie Kirk es mucho más que un mero asesinato. Antes de Kirk el propio Donald Trump fue alcanzado por un balazo, salvando la vida de milagro. Y todavía Trump sufrió un segundo intento de atentado. Que en la primera potencia mundial, no en cualquier país del Tercer Mundo, el favorito a las elecciones sufra dos atentados antes de las elecciones dice mucho de la magnitud del problema al que nos estamos enfrentando en el mundo.

Tampoco es posible olvidar la oleada de violencia que recorrió los Estados Unidos la anterior legislatura de Trump a cuenta de la muerte de George Floyd, un delincuente negro, a manos de la policía de Mineápolis. La muerte de Floyd no fue sino un pretexto para desatar un tsunami de violencia política y saqueos habida cuenta de que antes y después de Floyd, en Estados Unidos y fuera de los Estados Unidos, ha habido personas negras y no negras, gobernando la derecha y gobernando la izquierda, que han muerto al ser detenidas por la policía.

En el rosario de episodios de violencia política que podríamos citar, cabría recordar también el Cybertruck que un terrorista hizo explotar, por suerte sin consecuencias mayores salvo para el propio terrorista, frente al Trump Hotel de Las Vegas.

El asesinato de Kirk, por tanto, no sucede como un hecho insólito y aislado. Por si cabe alguna duda, la reacción del mundo de la izquierda al atentado resulta al respecto altamente ilustrativa. En general, la izquierda o ha celebrado directamente el atentado o lo ha condenado con un “pero” que hace más comprensible la celebración que la condena del asesinato. No sólo es que la izquierda ha reaccionado mayoritariamente al atentado señalando lo fascista y repugnante que era el asesinado, sino que para justificar estos calificativos ha utilizado una serie de citas y declaraciones absolutamente manipuladas.

Citas manipuladas de Kirk para deshumanizar su figura

Así, por ejemplo, se ha acusado a Kirk de suscribir en nombre de un pasaje de la Biblia la lapidación de homosexuales, o de avalar un ataque al proponer pagar la fianza de un delincuente que había agredido al marido de la demócrata Nancy Pelosi. Respecto a lo primero, lo que hizo Kirk fue tomar un pasaje bíblico en que se habla de lapidar a los homosexuales para desmontar el discurso de otra persona con la que estaba debatiendo, la cual venía a decir que la Biblia bendice cualquier tipo de amor entre personas. Kirk citó ese pasaje de la lapidación para demostrar que la otra persona estaba tomando citas de manera selectiva, desechando otras, para justificar con la Biblia el amor homosexual. Respecto al atacante del marido de Pelosi, Kirk se extrañaba de que no hubiera quedado en libertad bajo fianza como casi todo el resto de delincuentes cuando son detenidos en California. Lo dijo en tono crítico debido a la lasitud con la que son tratados los delincuentes con las leyes woke de California, no porque justificara el ataque. Kirk se preguntaba entonces, porque hubo una serie de informaciones extrañas relativas a la relación que podía tener el marido de Pelosi con el atacante, si se le mantenía en prisión para evitar que pudiera hacer ninguna declaración. La propuesta de pagarle la fianza fue por tanto un comentario sarcástico para señalar la posible ocultación de información respecto a las circunstancias del ataque. Más aún, antes de hacer este comentario Kirk condenó expresamente el ataque aunque esa condena se haya cortado de los vídeos que se están viralizando para ensuciar la imagen de Kirk.

Se está usando asimismo la defensa de Kirk del derecho a tener armas para sembrar el discurso de que al ser asesinado no está sino probando su propia medicina. Esto es como pretender que alguien que defiende el derecho a la libre circulación merece ser asesinado si es atropellado por un camión conducido por un yihadista, o como si una mujer defensora de la inmigración merece haber sido violada por un inmigrante.

El desvarío de la izquierda respecto al asesinato de Kirk ha llegado en España a extremos como el de pretender que el derecho a la vida es una cosa que la izquierda concede temporalmente a las personas que no son de izquierda y revocable dependiendo de las cosas que digan. La base social de la izquierda, pero también sus principales figuras, se encuentran todavía a años luz del umbral de la democracia. La izquierda global en general, pero la española muy en particular, merece un buen rato reflexionando en el rincón de pensar.

Por el contrario, Kirk era una persona conservadora y cristiana asesinada mientras debatía con la gente que no pensaba como él en un campus universitario. Esas eran las armas de Kirk. Si la izquierda odiaba a Kirk no era por legitimar la violencia para imponer sus ideas, o por no reconocer el derecho a la vida de quien no pensaba como él, sino precisamente porque era un gran polemista, porque su hábitat eran los debates ideológicos y porque era un maestro en el arte de la persuasión. Era por esto por lo que la izquierda tanto lo odiaba. Si Kirk hubiera sido la caricatura que ahora la izquierda hace de él, no lo hubieran detestado con tanta rabia.

Por supuesto ante el asesinato de Kirk, los atentados contra Trump, o la violencia izquierdista en general, la gran pregunta es cuál es el caldo de cultivo en el que echa raíz el chalado que al final aprieta el gatillo. El punto no es que haya una piraña o tres en la pecera, sino de dónde sale el agua de la pecera en la que vive la piraña. El discurso de odio que alimenta la izquierda es el agua en la que vive la piraña. Toda la violencia y presión que sufren las personas que no son de izquierdas o se oponen al discurso woke dan testimonio de esta realidad. Naturalmente el asesinato es el último grado de esa violencia, pero hay un discurso de odio perfectamente orquestado que va colocando los peldaños previos hasta llegar a ese grado.

El peligroso silogismo de la izquierda es el siguiente:

-Matar fascistas es aceptable.

-El que no piensa como yo es un fascista.

-Matar al que no piensa como yo es aceptable.

La izquierda acusa a la derecha de ser la que alimenta el discurso del odio, pero el hecho es que la práctica totalidad de la violencia política la padece la derecha. O sea, que por la vía de los hechos se comprueba que es la izquierda la que alimenta básicamente el discurso del odio. Basta ver todos los comentarios que ha desatado el asesinato de Kirk para entender todo el odio previo que ha podido llevar, que inevitablemente tenía que conducir, al asesinato de Kirk. ¿Sería muy distinto si mañana en España mataran a Ayuso o Abascal? ¿Serían muy distintos los comentarios a los que está recibiendo la muerte de Kirk?

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2 respuestas

  1. «Muere el comentarista Charlie Klirk, aliado de Trump, tras recibir un disparo durante un evento en una Universidad».Así dan la noticia los medios informativos diestros de la equidistancia y las buenas formas, como si la muerte hubiese acaecido por causa de un infarto, cuando no por la mala suerte de haberse cruzado la cabeza de Kirk con una bala perdida…
    El titular aparecía ayer en la web de Diario de Navarra.

  2. ¿Volveremos a esto? Agustín de Foxá: Madrid, de corte a checa: «Se apretaba la esfera de los condenados. Ya no caían solos los falangistas, los sacerdotes los militares, los aristócratas. Ya la ola de sangre llegaba hasta los burgueses pacíficos, a los empleados de 30 duros y a los obreros sindicados. Se fusilaba por todo, por ser de Navarra, por tener cara de fascista. por simple antipatía, los milicianos como niños y como los brutos, eran arbitrarios y lo mismo mutilaban a uno antes de matarlo que acababan bebiendo con él unas copas de coñac. Pero incluso aquella demencia era irritante por injusta».

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