No existe un estado de colapso en el país. El agua sigue saliendo por el grifo. La gente no muere tirada en la calle. Hay situaciones dramáticas puntuales, lógicamente más frecuentes que antes de la crisis, pero no es como si un asteroide hubiera impactado contra nosotros. Sin embargo, parece que hay quien desearía que nos encontráramos en ese estado. Y ni siquiera tanto para aplicar medidas que pudieran solucionarlo, sino para justificar la implantación de un determinado régimen ideológico.
Paradójicamente, es la implantación de ese tipo de regímenes la que suele acabar con que la gente no tiene para comer, le falta hasta el papel higiénico, se le prohíbe protestar o muere tirada en la calle.
Todos recordamos la popularidad que durante algún tiempo alcanzó el tema de los suicidios. La crisis mata. Los recortes matan. El gobierno mata… Concretamente, durante algunos meses se vinculó estrechamente el número de desahucios con el número de suicidios. Desesperada por la crisis, sin casa, sin comida, sin medicinas, la gente se suicidaba a mansalva.
Como es lógico eso no haría que la salida a la crisis esté en una dirección distinta que la que está, sino que sólo significaría que el camino hasta la salida sería más penoso. Pero es que ni siquiera es cierto, afortunadamente, el dato de que a más crisis más suicidios. Por un lado, la gente se suicida más en Canadá o en Finlandia que en Perú, pero en el caso de España tampoco se aprecia que porque seamos más pobres, hayamos cerrado unas pocas empresas públicas o hayamos bajado el sueldo a los funcionarios, haya más suicidios.
Según los datos del INE, en el año 2012 hubo 3.539 suicidios, frente a los 3.263 que hubo en 2007, último año de prosperidad y crecimiento.
Por tanto, a primera vista, podría pensarse que con la crisis había subido algo el número de suicidios.
Pero resulta que el año 2011, también en plena crisis, sólo hubo 3.180 suicidios, muchos menos que en 2007.
O resulta que en el 2004 hubo 3.507, casi tantos como en 2012 y bastantes más que en 2007 o 2010, año en que hubo 3.158.
Como consecuencia de todo ello, parece evidente que no se puede establecer una relación directa entre crisis y suicidios o entre subidas de impuestos y suicidios, por poner otro ejemplo. Lo que sí existe por tanto es una notable ausencia de escrúpulos en este país a la hora de utilizar políticamente cualquier cosa, incluidos los suicidios.
http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&path=/t15/p417/&file=inebase
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Pero estamos inmersos, casi ahogados diría yo, en una mafia contínua de experimentos de ingeniería social, con amplias y contínuas campañas de desinformación y manipulación desde los medios de comunicación masivos. A modo de ejemplo, la campaña de desmovilización del voto de la derecha empezó en Antena3 en 2011. En las europeas recogieron la cosecha con “excelentes” resultados, mientras la misma empresa, atizaba el voto ultraizquierdista y populista de Jodemos a través de LaSecta.
La PAH y las mentiras de la Colau, que la gente no se da cuenta que es una ACTRIZ, otro tanto, pues el tope de deshaucios fue en 2010, no posteriormente como nos falsearon los datos.
Y así todo. Cobayas en nuestras jaulitas mediáticas dando vueltas en la rueda que genera más y más dinero para los 4 oligarcas que controlan la economía a nivel nacional, a pachas con los idem de cada regioncita o comunidad autónoma, los caciques locales de toda la vida, nada hacen y nada valen, pero todo lo tienen.
Y otra de fútbol, sazonada con repúblika, y al veranito.
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Ciertamente. Y los humanos tenemos la mala costumbre de pasar a mejor vida a partir de ciertas edades longevas, e incluso antes por causa de enfermedades para las que todavía no tenemos cura, aunque esto nos guste menos todavía que lo anterior, y los mentecatos de turno no dudan en agrandar hasta límites insospechados su miseria moral y responsabilizan de ello a los recortes públicos en sanidad.
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