Un verano intranquilo.

El ambiente político en verano suele ser tranquilo. Las fiestas locales y la holganza parlamentaria, habitualmente dan para poco, y la prensa se pone a régimen y adelgaza. A ello se añaden las vacaciones de la Corte y Villa que también frena la actividad. En Pamplona durante dos meses. Pero este año no ha sido así porque algunos temas han revoloteado.

1º. El primero ha sido el “caso Cristina Sanz” que ha descubierto como se han mantenido deslealtades políticas dentro de UPN, ya que personas que se afiliaron voluntariamente al partido regionalista, lo hacían convencidas con la cabeza pero no con el corazón a los principios de UPN. El “caso” pone en evidencia una dualidad de estrategias entre los dos partidos obligados a confrontarse como adversarios. Por parte del pepenavarro reciben tránsfugas desde UPN, con la consigna de mantenerse dentro de la disciplina de UPN como imagen de “lealtad”, y para tener la nariz y oreja en lo que se cuece. En UPN hay desorientación ante los prófugos por desconocer cual será la realidad y la extensión de las lealtades/deslealtades internas. Ni todos los emboscados en UPN se van al PP, ni los prófugos son apartados del calor de UPN. En esta estrategia gana el PP.

2º. Como serpiente de verano ha surgido la aparente bicefalia en UPN con motivo del “caso Cristina Sanz”. Cuando Yolanda Barcina perciba que el deseo de la susodicha obedece a una estrategia de su nuevo partido, y no a lealtades personales, podrá percatarse de que el PP es el primer adversario de UPN contra el que tendrá que rearmar sus estrategias electorales. Entonces comprenderá que las decisiones de calado político, como es el “caso Cristina Sanz” se han de tomar en el partido, y no en el grupo municipal. Por otro lado, Miguel Sanz, que sigue siendo el principal activo entre los afiliados, tiene bien asumida la realidad, y aun sirviendo ambos la misma idea, la visión política y la madurez son distintas. Pero no hay bicefalia.

3º. La coalición de los partidos nacionales en Euskadi, PSE y PPPV, generando el nuevo gobierno vasco que tanto ha esponjado los espíritus contraídos de los navarros, dan quebraderos de cabeza al Gobierno de Navarra. Para aquellos el termino Euskalherria es sinónimo de cultura vasca y como tal debe ser explicado a las sucesivas promociones de niños euskaldunes, incluyendo en ella a Navarra desde el Orhy hasta el Moncayo. Pero la realidad política y jurídica es que Euskalherria es sinónimo de País Vasco, y de Euskadi como órgano político instaurado en el Estatuto de Guernica, en el que se incluye a Navarra como un territorio vasco aunque irredento. Las iniciales buenas relaciones entre los gobiernos de ambas comunidades, autonóma y foral, tienen espinas. Difícil encrucijada también para las relaciones posteriores y quebradero de cabeza par los partidos homónimos en Navarra.

 “Así es, si así os parece”. Todo tendrá desenlace a la vuelta del verano.

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José Javier Viñes

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