UPN mantiene un gran respaldo social, unido fundamentalmente en torno a la idea de una Navarra leal a España y diferenciada netamente de otras Comunidades, fundamentalmente de Euskadi.
El PSN mantiene también a su electorado básico, aunque no ha crecido como hubiera querido. Gran parte de los votantes del PSN, que comparten con los de UPN la misma idea de Navarra, no votarían nunca a UPN y no lo han hecho tampoco ahora. Fundamentalmente por motivos ideológicos. Además de otras posibles consideraciones, han confiado en las palabras de Fernando Puras, que ha apostado por la continuidad del estatus actual de Navarra.
NAFARROA BAI se ha beneficiado por partida doble, por un lado del efecto técnico de concurrir bajo una única marca electoral (bien lograda por cierto) y por otro de recoger entre otros, el voto huido de una rancia IU. Por lo demás, la porción del electorado que aglutina a radicales, descontentos y a los que son o se creen nacionalistas vascos, no ha aumentado sustancialmente.
Lo cierto es que con el respaldo de una parte relativamente pequeña del electorado, Fernando Puras tiene en sus manos la responsabilidad de poder decidir el escenario en el que se desarrollará Navarra en los próximos años. Responsabilidad por cierto a la que asumió enfrentarse cuando aceptó su papel hace unos meses. Muchas presiones van a recaer sobre él. De entre ellas destaca la de aquéllos (o aquél) que pretenderá vincular esa responsabilidad a otra “mayor”, a saber, la de poder contribuir al final de la violencia de ETA.
Deseamos que Fernando Puras actúe con la libertad de no tener que ver unidas ambas “responsabilidades” sintiéndose obligado por ello a entrecruzar intereses que llevan confusa y necesariamente a un escenario de compartir la gobernabilidad de Navarra con NaBai.
Es su derecho querer que Navarra se gobierne de otra manera. Es más, Navarra necesita ser gobernada de otra manera, incluso aunque UPN hubiera tenido mayoría absoluta. Si Fernando Puras quiere acometer esta tarea con visión de futuro y de verdad desea mantener, cosa que no dudamos, el estatus histórico de la Comunidad Foral, no deberá atender sólo al hecho plural aparentemente reflejado en la irrupción notable de NaBai, acogiéndola como socio. Más bien, como dijo por cierto Felipe González en su reciente visita a Navarra, debería realizar una “gestión de la pluralidad”.
Y es verdad que esa gestión, en lo que se refiere sobre todo a la sensibilidad vasca que evidentemente acontece por razones históricas en muchos ciudadanos de Navarra, no se ha llevado correctamente en los últimos años, cosa que queda patente en este aparente vigor del que puede jactarse hoy la marca NaBai.
La decisión que tome Fernando Puras debería ser la que permitiera acometer durante los próximos años (más de una legislatura) entre otras muchas, la fundamental tarea de integrar todas las sensibilidades en torno a una Navarra lealmente asentada en España y Europa. De modo principal la sensibilidad de los navarros que siendo vascos, se han acogido por razones diversas a los postulados de un nacionalismo importado que encontró su caldo de cultivo, precisamente en el descuido de esa tarea integradora.
El señor Puras debería propiciar un gobierno en el que estuvieran representados la gran mayoría de navarros. Contando con todos, juntos pero no revueltos, ese gobierno debería acometer la tarea de lograr la estabilidad futura y la serenidad, propiciando que todos respeten el marco institucional que hemos heredado y queremos la mayoría.
Deseamos que este hubiera sido el escenario que se representó Fernando Puras cuando aceptó, no sin riesgo, ser candidato por el PSN. Sería la mejor contribución que haría a Navarra y a España.
Patxi Urroz