Se ha comentado, aunque siempre poco para la seriedad del tema, sobre algunos aspectos relacionados con la venta libre de la píldora del día después, post-coital o del día siguiente.
Se ha escrito que es relativamente segura –en caso contrario, no estaría comercializada- pero en unas condiciones concretas y bajo un uso racional.
Lo que estimo que no se ha glosado suficientemente es el desacierto del documento que debe acompañar a la dispensación de toda PDD según el Ministerio de Sanidad y Política Social.
Este documento es un tríptico que estos días –un mes después- está llegando a las oficinas de Farmacia.
El tríptico en cuestión trata de la “píldora de urgencia”, información para las usuarias y viene firmado por el propio Ministerio y para nuestra desgracia, por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Las otras entidades me importan menos, pues al fin y al cabo entiendo que unas han sido engañadas y otras no han hecho más que cumplir con su cometido (Por ejemplo, la Sociedad Española de Contracepción, ¡Que triste empresa!).
Pero, vayamos al caso. El Consejo General de Colegios secunda un documento en el que se dice sin ningún tipo de problemas que las páginas en las que se puede encontrar información sobre sexualidad son: www.yopongocondon.com, www.condoneate.org, y da como teléfono de referencia el de “móvil sexjoven” (supongo que deben tener alto nivel científico y educativo). Parece como de chiste, que una entidad de profesionales se preste a este tipo de bobadas.
En cuanto al contenido, indudablemente escrito por un absoluto desconocedor de los medicamentos, da vergüenza verlo firmado por un colectivo de farmacéuticos; mucho menos por lo que se supone que debía ser el máximo órgano representantivo de nuestra profesión pero, está claro que quiere trivializar el uso de los medicamentos, en lugar de invitar al uso racional de los medicamentos como pide nuestra ley vigente; es –dice el tríptico- una píldora “no abortiva que no produce ningún problema o lesión en el embrión”, pero aclara “en el caso de que hubiera ya un embarazo”.
Sin darse cuenta el hábil redactor del tríptico, nos informa de que se trata de un antiimplantatorio, esto es, un producto que impide la anidación del embrión. No lo mata, lo expulsa al exterior. Dicho claramente: no lo mata directamente, lo deja morir en el exterior de su madre. Este dato, sustancial, debe ser conocido por la paciente; es determinante para una toma de decisión seria y equilibrada.
Sobre el hecho de que el embrión es ser vivo caben pocas dudas; el propio documento, al mencionarlo, se acusa; pero además, el Comité de Bioética de España hace unos pocos días ha afirmado la doctrina de que la vida comienza con la fecundación.
El hecho científico es que no menos del 60 por ciento de las ocasiones el mecanismo de acción de este producto es antiimplantatorio, por tanto abortivo. Para eso se usa.
Un análisis pormenorizado del tríptico nos da una sensación triste y chapuza, como de aficionado; como profesional de la Farmacia me avergüenza que además de que no se haya reconocido nuestra objeción de conciencia, además de que se nos obligue a dispensar, encima se nos “invite” a repartir esta bobada de tríptico que parece una invitación de discoteca (las hay mejores y más profesionales) y que eso sea “la información que debe dar el farmacéutico” según nuestras ministras de Sanidad y de Igualdad. Esto se hace más terrible cuando el documento viene firmado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos: un documento así no puede llevar el refrendo de nuestra máxima institución profesional.
En otro párrafo, el que lleva número 6, se hace la pregunta de si precisa o no algún tipo de reconocimiento la persona o algún análisis. La respuesta es que como es un medicamento seguro no necesita. Entonces ¿todos los demás medicamentos de receta o no, necesitan un análisis previo? O ¿no son seguros? Me temo que alguien no sabe lo que se trae entre manos con este producto y con los medicamentos. O quiere trivializar su toma, que es ir en contra de la Ley, pues, de receta o no, continua siendo un medicamento y los medicamentos se deben tomar con mucho respeto y prudencia.
Espero que estas palabras ayuden a la presidenta del Consejo, doña Carmen Peña, a reflexionar sobre el tema y a redactar otro documento acorde con la inteligencia de las usuarias (muy superior), compatible con la verdad de las cosas y a la altura de la profesionalidad de los farmacéuticos españoles.
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Carlos Adanero Oslé
Farmacético.