El problema mayor es otro. Su formulación podría expresarse así: ¿se puede creer en la libertad a partir de las coordenadas intelectuales de la izquierda? Cuidado, no hablo de libertad política (eso era el primer problema), sino de libertad en un sentido esencial, ontológico. Me explico. El pensamiento comunista y socialista tiene sus orígenes filosóficos en el marxismo. Y el marxismo es una ideología materialista. Los materialistas conciben el mundo como un espacio físico regido por las leyes físicas. No existe nada fuera de ese espacio y en ese espacio la existencia adopta la forma de un mecanismo de relojería. Y es aquí donde realmente la izquierda tiene el problema con la libertad. En un universo causal, regido en exclusiva por las leyes físicas, no existe la libertad. Ni por tanto la moral, el bien o el mal. En un espacio meramente material, sometido a las leyes de la materia, la posibilidad de que un sujeto pueda tomar una decisión libre (y por tanto buena o mala) es tan absurda como la posibilidad de que un planeta decida salirse él solito de su órbita, o la de que una pelota de baloncesto se enceste sola en la canasta en una cancha vacía por la noche. Sólo lo material es real, todo lo real es material y toda la realidad se explica a través de causas materiales y leyes naturales deterministas.
Yo no digo aquí y ahora si existe sólo lo materia o existe algo más que la materia. Digo que, si alguien dice que sólo existe materia y nada más que materia, entonces tiene un problema para explicar la existencia de la libertad. Incluso en un universo material caótico, si eso es posible como dicen algunos, sería posible llegar a pensar que los seres humanos somos capaces de tomar decisiones no sometidas al determinismo, pero entonces serían decisiones caóticas no decisiones libres. Entre ver la tele o guisar un ladrillo, podríamos decidir hablar con una bicicleta.
¿Dirán ustedes que divago? No lo crean. Como decía al principio, estamos ante un problema ontológico. O existe o no existe la libertad. Si existe la libertad, no todo puede ser materia y causalidad. Si todo es materia y causalidad, entonces no existe la libertad personal, mucho menos la libertad política. Y entonces no crea que usted ha ido al frontón Labrit porque ha querido, ni que va a votar a zetapé porque eso es lo que usted quiere votar. Antes de que desaparecieran los dinosaurios, ya estaría en marcha la increíble cadena de acontecimientos que, inexorablemente, un millón de años después le llevó a usted materialmente hasta el Labrit y le llevará a votar a Zapatero el 9 de marzo. Y ya está en marcha la cadena de acontecimientos que el día 9 determinará el resultado, completamente al margen de la voluntad de los ciudadanos, aunque voten, pues votarán aquello que sus circunstancias determinen que voten. Es el problema que tiene la izquierda con la libertad.
Naturalmente usted puede pensar que es libre de ir o no ir a los mítines de zetapé. Pero entonces está cuestionando algunas bases fundamentales de la ideología de la izquierda y de su forma materialista de entender el mundo. Y si se cuestiona algunos de los presupuestos de la izquierda, entonces puede que usted sea libre, y viceversa. Y entonces, quizá no esté escrito que usted tenga que votar el 9 de marzo a la izquierda. ¿Lo ve?, la izquierda tiene un problema con la libertad.
