TUDELA Y SU UNIVERSIDAD “Para vestir a este santo, nunca se usaron tan pocas sedas”, algo así dice el refranero. La verdad es que resulta un tanto penosa, por no decir despropósito, la inauguración del curso académico llevada a cabo en la capital ribera; Tudela se merece más. Setenta alumnos de Ingeniería Técnica Industrial Mecánica y Fisioterapia recibieron su primera lección magistral, en el salón de actos de un hospital del Servicio Navarro de Salud, que dignamente lleva el nombre de S.A.R. Infanta Elena. Alguien se empeña en llevar a cabo un campus universitario en Tudela, pero una universidad, no es solo un campus, y menos si ni tan siquiera tiene eso, un “campus”, sino que tiene que gozar del préstamo de un salón de actos de un hospital comarcal, y de una planta del mismo, donde se impartirán las clases. Verdaderamente, a mi me parece que el resultado es una ofensa a los tudelanos, y a la ribera en pleno. Si queremos, y es necesaria, que lo dudo, una universidad en Tudela, hagámosla, pero no pretendamos hacer imposibles, que degraden el verdadero espíritu de la “UNIVERSIDAD”. Hace años otras empezaron con muy poco, y hace muchos más años, las universidades tenían su sede en pequeños refugios clericales, que eran los portadores de la cultura y la “universitas”. Pero hoy no es así, no puede ser así a no ser que pretendamos mofarnos de aquello que requiere una respetuosa y exquisita seriedad. Me da pena, lo que considero una tomadura de pelo, y claro no entiendo, cómo se han prestado a esta farsa teatral, el Excmo. Rector Pedro Burillo, el Excmo. Presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz; el Consejero de Educación Luís Campoy, el alcalde de Tudela, D. Luís Casado y claro al ser en un Hospital, no podía faltar Dña. María Kutz Consejera de Salud. Tudela es una ciudad que si merece tener una Universidad la tiene que tener no de prestado, no de “sucursal de Pamplona”, sino de su propio Campus una vez construido, con sus Autoridades académicas inaugurar su curso y su andadura académica, que no cultural que tiene más que agua lleva el río Ebro.