Es como ese chiste de «No pienses en un elefante rosa». No pueden vivir sin religión, es imposible. Acaban de hacer el juramento sagrado en este templo democrático sede de la soberanía popular que es el Parlamento y al primer paso lo rompen para caer en una de las más ingenuas formas de religiosidad: la que venera y reza a la imagen de un arcángel peregrino. Los de Nabai, a fuerza de anticristianos, se han hecho precristianos, paganos, animistas. No quieren saber nada de teología y claro, así acaban como los sioux, adorando una estatuilla dorada como si fuera un objeto mágico. ¡Maldito el día en que escogieron al pobre San Miguel de Aralar como tótem, más que patrón, de los vascos y las vascas!
¿Y qué decir de los progres-progres del PSOE? Su cristofobia crece por momentos así que no se despisten Vds. con este amor residual que parecen reservar al arcángel príncipe de la milicia celestial. ¿Hasta dónde serán capaces de llevar su coherencia laicista radical? A la vista de los hechos parece que no van a ir muy lejos porque si de verdad fueran coherentes tendrían que eliminar varias cosas además de esa visita del Arcángel que no se atreven a prohibir. Tendrían por ejemplo que suprimir la cruz que corona la corona (valga la redundancia) del escudo de Navarra. Tendrían que suprimir las cadenas por la simbología que desde hace siglos se les ha atribuido de victoria sobre el Islam. Tendrían que eliminar las tablas de la ley que coronan elegantemente la cornisa del edificio en el que se reúnen. Y ya puestos tendrían que cambiarse el nombre cristiano que todos llevan, y ponerse a trabajar el domingo, y sobretodo, dejar de una vez por todas de hablar de todas estas cuestiones religiosas pues parece que están obsesionados, como si no fuera posible vivir la vida sin pensar y hablar, de vez en cuando, de quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.
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