Es el eufemismo de moda para tal día como hoy, 14 de abril. Reivindicar directamente la Tercera República resultaría demasiado complicado (¿verdad “Gaspi”?) porque la desmemoria histórica todavía no ha tocado fondo y todos sabemos que las repúblicas, inexplicablemente, empiezan cortando cabezas o terminan engrosando el martirologio católico.
Por eso prefieren quitar hierro al asunto hablando de “los valores republicanos”, en una expresión casi religiosa que recuerda sospechosamente a esa otra de “los valores cristianos”.
El problema no es la república sino los republicanistas. No es la sociedad, sino los socialistas. Esos “valores republicanos” que tanto ensalzan los políticos nazional-socialistas de IU, o del PSN o de Na-bai, no van específicamente en contra de la familia de don Juan Carlos. A lo que se están refiriendo es a una ideología socialistoide, el republicanismo, que propugna la idolatría y la absolutización de “la cosa pública” (res publicae) hasta la eliminación de cualquier otra forma de relación humana que no sea la unión esporádica de individuos aislados. Para ellos el enemigo no es la monarquía -muchísimo más barata que la república- sino cualquier sistema de gobierno que les dificulte el ejercicio absoluto del poder. Cualquier forma de organización social que como la que caracterizó a Navarra desde sus orígenes se base en la libertad de la persona, de la familia, de la Iglesia, y de la sociedad.
Jerónimo Erro