La empresa familiar o la familia empresarial. Una pequeña lección de historia.

La célula básica… la Iglesia doméstica… la escuela de ciudadanía… todo eso y mucho más es la familia. Pero en estos tiempos de crisis familiar conviene pararse a pensar que nuestros antepasados familiares, que no eran gente tan ñoña como se imaginan los que viven a rebufo del espiritismo romántico, entendían la familia, además, como una empresa. O, mejor aún, casi como una “fundación” puesto que se las concebía como empresas llamadas a perpetuarse en la historia en forma de linajes. 

No eran empresas familiares sino familias empresariales. No eran, como las nuestras, familias dedicadas a servir a una empresa. ¡Ellas mismas eran la empresa!. Las familias nobiliarias eran en cierto modo la excelencia en el ranking de aquellos tiempos. Los blasones eran logotipos. La heráldica, el marketing. La exención nobiliaria de impuestos, una forma de subvención estatal. Los privilegios un reconocimiento de su importancia como motores de la vitalidad social. El matrimonio era un contrato fundacional y cada apellido era el CIF. El caserío, la casa, era una unidad de producción. Cada familia, cada fuego, tenía un voto en aquella otra democracia. Resulta empobrecedor y muy presuntuoso contemplar todo ese entramado genealógico que nos precede en los siglos como un atavismo folklórico sin sentido, supersticioso, irracional, antieconómico… superado. Resulta que esa red cultural, social, económica, religiosa y familiar es lo que hace que Navarra sea hoy lo que es. Es lo que nos configuró como pueblo. Es lo que sustenta nuestro calendario, el trazado de nuestras calles y caminos, y tantas cosas… Hay una prepotencia progre que se imagina que lo mejor de lo mejor es siempre, automáticamente, lo que viene después. Pues no señor. No siempre es así. Somos enanos a hombros de gigantes aunque a veces parece que lo único que sabemos hacer es apuñalarle por la espalda.

 

Jerónimo Erro

Compartir este artículo

CLAVES EN OPINIÓN

  • Navarra Confidencial no se responsabiliza ni comparte necesariamente las ideas o manifestaciones depositadas en las opiniones por sus lectores. Cada usuario es único responsable de sus comentarios
  • Los comentarios serán bienvenidos mientras no atenten contra el derecho al honor e intimidad de terceros, puedan resultar injuriosos o calumniadores ,infrinjan cualquier normativa o derecho de terceros , empresa, institución o colectivo, revelen información privada de los mismos, incluyan publicidad comercial o autopromoción y contengan contenidos de mal gusto.
  • Se procurará evitar en lo posible los comentarios no acordes a la temática publicada
  • Navarra Confidencial se reserva el derecho de eliminarlos

Información sobre protección de datos

  • Responsable: Navarra Confidencial
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@navarraconfidencial.com.

Suscríbete a nuestro boletín