Hoy toca un asunto de fondo. Un asunto en el que estamos tocando fondo. No hay ningún motivo extraordinario para hablar ahora mismo de él, pero cualquier momento del año es bueno para constatar que el futuro, las nuevas generaciones, la educación, el amejoramiento de nuestra cultura foral, de esos contenidos "transversales" que podríamos llamar "navarridad", la transmisión de la misma fe cristiana, están a punto de irse al garete.
Y el único problema es la sal que se ha vuelto sosa. Hay también otros instrumentos, otras instituciones que flaquean, pero quiero llamar la atención sobre el estado de los colegios. Los "de curas" y "de monjas" acogen en su seno a un buen número de estudiantes navarros. ¿Qué es lo que ocurre para que no cumplan con su misión evangelizadora? ¿Cómo es posible que salgan los jóvenes como ateos practicantes después de pasar varios años en sus aulas? Si esto fuera un concurso los colegios de religión nacionalista podrían apuntarse un grado mucho mayor de éxito, pues consiguen no solo adoctrinar con sus esquemas separatistas a un porcentaje más elevado de alumnos sino que además saber encauzar más y mejor las vocaciones.
Lo que está pasando con algunos colegios -demasiados- y también con algunos medios de comunicación es un auténtico fraude. Porque lo que enseñan no es catolicismo sino chorradas políticamente correctas. Y porque si los santos fundadores hubieran querido instituciones punteras con las que ganar dinero habrían montado sociedades anónimas y no pobres congregaciones.
Jerónimo Erro