Un martes cualquiera es perfecto para ordenar prioridades en este arranque de milenio. ¿Cuáles son los principales retos a que nos enfrentamos desde el punto de vista político-social en Navarra? ¿La disgregación de UPN? ¿La deslocalización de la Volkswagen? ¿El descenso de Osasuna?
En mi opinión los cinco más gordos son los siguientes:
1º. El problema de los límites de la política: caminamos hacia un estado totalitario, ejecutor de diversas ingenierías sociales, en el que los únicos límites legislativos están en la voluntad del más votado, o sea, del más fuerte, el más rico, el más guapo y el más listo. Algunos pensamos que existen ciertos límites no-negociables: la vida, la familia, la libertad, el bien común… así que al final ¿con la Iglesia hemos topado?… Sí, con la conciencia.
2. El problema cancerígeno nacionalista: esta ideología, enquistada en una parte de la sociedad y del poder, añade a los problemas cotidianos de esta época un plus de conflictividad y anormalidad en la convivencia. Algunos indicios anuncian que en los próximos años sufrirá un declive importante pero mientras tanto dar vueltas y vueltas a las cuestiones identitarias sobre lo vasco, lo navarro, lo español, crea problemas en donde no existen.
3. El problema de las libertades: concretando algo más el problema número uno, la libertad que actualmente está siendo más amenazada es la libertad de los padres para educar a sus hijos según sus convicciones. El totalitarismo suave va a seguir explorando, de forma simultanea, estas dos vías para anular la conciencia personal: reprimir las convicciones y «crear» padres sin convicciones.
4. El problema de la partitocracia: todo el entramado aparentemente democrático oculta los privilegios de una verdadera casta, cada vez más cerrada, cada vez más corrupta, cada vez más dirigista. Atentos a los retoques más o menos cosméticos que se verán obligados a hacer.
5. Y por último, los problemas del futuro: algunos los resumen en la palabra sostenibilidad. O mejor, insostenibilidad, en sus vertientes demográfica, energética, ecológica y ética. ¡Uf!
Un comentario
Sr. Erro
No se olvida pero el problema demográfico no es un problema del futuro sino del presente. Todos amontonados en Pamplona, una gran ciudad cada vez más anodina, y el resto desierto, así poco futuro queda a Navarra.