Ahora que se ha gastado el dinero del cerdito empezamos a preocuparnos de qué es lo que aporta cada uno en esta casa grande que es España. Gamazo se remueve en su tumba y se oyen voces que reclaman una revisión de los "privilegios" fiscales de Navarra porque, aseguran, los navarros aportamos menos que los demás españoles a la caja común.
En primer lugar está por demostrar que eso sea cierto. Y además habrá que explicar que un "privi-legio", es decir, una ley que ordena lo diferente de forma diferente no tiene por qué ser, en principio, algo injusto. Nadie cuestiona a estas alturas que Andorra, por poner un ejemplo, goce de unos privilegios que distinguen a ese pequeño país de sus vecinos. Pues bien, Navarra, que fue tanto o más que Andorra hasta 1841, y que permanece al margen del fisco peninsular desde el siglo VIII, conserva hoy en día -guste o no- un sistema fiscal independiente -y diferente- del que rige en el resto de España. Podremos decir que es algo intermedio, mixto, exepcional. De acuerdo. Pero es real como la vida misma y así es como hay que aceptarlo. Es curioso que quienes han abultado los códigos legales hasta lo indecible se estresen ante la existencia de fueros, privilegios o leyes propias que matizan y complican algo, es cierto, la realidad jurídica y fiscal de España, pero que tienen, como todo, su explicación en el devenir de la historia.
Jerónimo Erro