Es otra de las peculiaridades de la palabreja. Que se dice lo mismo en singular que en plural. Y a lo mejor es por eso que el árbol de la crisis económica nos dificulta ver el bosque crítico en que nos hemos perdido. Las crisis son múltiples y está ciego quien no entienda que la economía no es sino una parte del puzzle de la realidad social. No hay economía que aguante la mentalidad materialista del típico tiburón financiero. No hay economía que no se resienta de la crisis familiar. Un divorcio es tan empobrecedor como la quiebra de una pequeña empresa. La mentalidad individualista y consumista no solo es antiecológica sino también antieconómica, cara e insostenible. Todo está relacionado. Los gurús que se estrujan las neuronas para ver cómo se logra enderezar el rumbo macroeconómico -supongo que alguien estará en ello- harán bien en estudiar no solo esa "añadidura" de la que nos habla la sabiduría evangélica sino también los fundamentos éticos y morales del entramado social, político y económico. A lo mejor es por eso que no nos salen las cuentas a fin de mes.
Jerónimo Erro