Mi sentido de amor a la patria foral es ecuánime y realista. No creo que la proporción de lerdos en Navarra pueda ser muy inferior a la media mundial. Pero me ofende profundamente que los nacionalistas vasquistas piensen que somos todos idiotas, y que no se cansen de maquinar tácticas, etiquetas y gestos de propaganda para camelarnos, para hacer que pasemos de ser cola de León a COLA de ratón.
El penúltimo gusanito que nos van a poner en el anzuelo es nada menos que la bella ciudad de San Sebastián.
Resulta que el 25 de julio próximo, fiesta del Patrón de Las Españas, ha sido declarado por la asociación Nabarralde el día para reivindicar "la navarridad de Donosti". Con ese motivo van a poner en esa ciudad unas cuantas banderas de Navarra.
Y no se contentan con prometernos la mano de la Bella guipuchi. Su argumento, más inteligente sin duda que el tosco vizcainocéntrico, consiste en convencerse -y convencernos a los navarros- de que su nuevo estado hipervasco es en realidad el mismo Reino de Navarra resucitado.
¿Es que han cambiado de idea? No. Son los mismos perros con distintos collares. Así que no creo que nos engañen tan fácilmente. Además recuerden que al menos la Concha ya era nuestra. ¡¡¡La arena para el que la trabaja!!!
Jerónimo Erro